Me llamo Roberto y un día llegué a casa temprano del trabajo y empecé a escuchar un intenso gemido que provenía de la habitación de mi hija. Decidí ir allí para ver qué pasaba y la puerta estaba ligeramente abierta. Y pude ver a mi hija chupándole la polla a un amigo y a él metiéndole el dedo en el coño.
Y esa escena me estaba dejando muy excitado, porque podía ver a mi hija de 18 años toda peladinha haciendo sexo oral en la polla de su amigo. Y entonces dejó de mamar y dijo que se sentaría en su polla, pero que tendría que penetrarla lentamente porque era virgen y nunca había tenido sexo. Y esta sería su primera vez y eso me puso aún más cachondo.