Esta historia comienza el día en que con mi marido fuimos a la casa de su amigo a comer un asado con él y su mujer. Allí vi por primera vez un jacuzzi y me enamoré de esa cosa, era lo que necesitaba en mi vida. Con él podía relajarme mientras me daba un baño, tocarme debajo del agua y fantaseaba con hacer el amor allí dentro. Era el objeto que quería tener en nuestra casa, pero mi marido no me lo compro porque lo considero bastante caro y poco útil.