Les cuento que después de volver de Brasil y contarle a mi marido lo que hice allí, como si fuera una fantasía, tuvimos una serie de noches llenas de pasión. Por supuesto, tuve que simular algunas cosas, por ejemplo, mi colita que ahora se dilata más que antes de irme a Brasil, pero eso lo solucioné apretando el esfínter mientras él me apoya la puntita y hasta que me penetra finalmente, pero ahora ya no es necesario simularlo más.
Cuando ya se terminó la excitación por mi supuesta “fantasía” de mi viaje a Brasil, así que me vi en la obligación de meterle los cuernos nuevamente a mi marido para tener más temas para nuestras noches de cama. Como no quería caer en la fácil de encamarme con mi jefe, que además no me gusta para nada, no sabía qué hacer y por donde encarar.