Siguiendo en la onda de mi primer relato, ahora les cuento lo que nos ha pasado después de nuestras “confesiones”.
Como ya saben, mi esposa Ana me confesó que le había gustado otro hombre y que habían tenido un flirteo, pero que no pasó de allí. Yo he estado muy ansioso y excitado a partir de ese momento, nuestros encuentros sexuales han mejorado notablemente, ahora nos permitimos fantasear mientras nos tiramos. Cuando procuro darle un masaje al acostarnos ella sabe que esa noche tendremos sexo rico.
Comienzo por recorrer suavemente su cuerpo y al detenerme en su enorme concha, ella me pide que le describa lo que le hago, cuantos dedos le meto, me pide que le meta uno o dos dedos en su culo, que le frote el clítoris, pero que siempre le describa lo que le hago y lo que estoy sintiendo.