Me llamo Gladys. Tengo 38 años, casada. Muy buen físico, muy atlético. Impulsada por mis amigas, concurrí a un Ginecólogo especialista en rejuvenecimiento vaginal. Eran las 19.40 cuando ingresé a su consultorio. Expuse mi inquietud, me hizo sacar mi pollera y braga. Recostandome en la camilla. Ubicó mis piernas sobre el soporte e inicio la revisión de mi vagina. Me explico, que tendría que abrir mi vagina para examinar, y yo lo podría ver en el monitor ubicado frente a mi, ya que utilizaría una videocámara. Sentí sus dedos separando mis labios vaginales, lo podía visualizar en el monitor, sentí la apertura y sus dedos auscultando mi vagina. Me explicó, que se veía mi desfloración, los colgajos de himen. Acotó que habían dos desfloraciones, una más vieja, con apertura pequeña y otra más reciente, con la rotura total del himen, que llegaba al borde superior e