A mis 20 años me considero bisexual. Tuve experiencias con un par de chicas que me gustaron mucho, pero mi primera vez fue con un chico del barrio y a partir de ahí supe el placer que me podía dar una buena pija. Todas las fantasías se volvieron realidad. Luego de estar con ese chico, estuve con uno que conocí en un pub gay y luego un breve romance con un hombre de más de 40 que me enseñó a disfrutar del sexo entre chicos. Fue una relación oculta, nadie sabe de mis deseos sexuales. Nos encontrábamos en su casa o en hoteles. Él me regaló mi primera depilación completa y luego me pidió que usara tanguitas, medias, sostenes. Encontró en mi alguien que le podía cumplir sus fantasías y me encantó ese juego de feminizarme. Después de romper con él a principios de este año, continuó mi gusto por usar tanguitas y estar siempre depilado. Me encanta el roce de esas prendas entre mis nalgas, me calienta recordar cuando me hacía poner en cuatro, me corría la tela antes de penetrarme.