Teníamos 10 años de ser amantes cibernéticos, me había hecho el amor como ningun hombre en mi vida, asi que decidida tomé ese avión. Iba llena de emoción y de ilusiones. Fueron muchas horas en el avión las que me permitieron recordar todas las veces que ese hombre había logrado arrancar de mi los orgasmos más intensos aún sin tocarme. Llegué completamente mojada a mi destino. Ahi estaba él, esperándome al salir del aeropuerto, nuestras miradas se cruzaron y corrí a abrazarlo. Sentir su tibieza por primera vez en mi cuerpo hizo que una descarga de electricidad nos envolviera.