Una mamada en el carro es insuficiente

Al día siguiente Joaquín volvió a llamarme y aunque deseaba volver a ser suya sentí que debía tomarme las cosas con calma. Ese hombre se estaba obsesionando, pensé, lo mejor era mantenerlo a cierta distancia, que fuera yo quien marcara las pautas.

Le dije que no podía, que estaría ocupada, no recuerdo bien ni qué excusas le puse pero que la semana siguiente me llamara.

Me arrepentí. Le hubiese dicho que sí y lo extrañé esos días pero también pensé que era lo mejor, por muy perra que soy debo darme mi espacio y mi tiempo para otras cosas, sé que él esperaría el momento.

Ese momento llegó la semana siguiente, me llamó de nuevo estando yo en la uni a la hora de mi salida que ya él conocía y me dice:

● Estoy afuera esperándote

Oh, iba a llevarme a casa como las primeras veces.

Salí y no vi su auto hasta que oí una bocina. Era un spark color negro y sí, era él.

Me subí sin preguntar, en realidad no me interesaba saber cuántos carros tenía, cual era su strato económico, suficiente con saber que era casado.

Nos saludamos y nos dimos un beso apasionado, me encantaba besarlo y a él también le gustaba meterme la lengua hasta el fondo.

Charlamos de nosotros mientras conducía y en el primer pare de semáforo se desenfundó el pene y me dice sonriente:

● ¿Te la comes?

Y sin responderle, devolvíendole la sonrisa cómplice me incliné a chuparle el pene mientras me llevaba a casa.

Sería la primera vez que se la chuparía mientras conducía, le encantó, gemía mientras conducía y yo contenta de comerme su rico pene.

Se lo chupé de muchas maneras, suave, duro, lengüeteos, hasta dentro de mi garganta y lo cierto es que llegamos al frente de mi casa y yo seguía chupándoselo, 15 o más minutos habrán pasado.

● Llegamos

me dice y entonces me enderezo en el asiento y Joaquín dice:

● ¿Continuamos dentro?

Busqué el control del portón mecánico y entramos al garaje mientras yo volvía a chupárselo.

Quería bajarse y le dije morbosamente:

● Dame la leche, sino no entras

Así que me dejó chupar durante unos minutos más hasta que se corrió en mi boca y yo chupando mientras su pene escupía leche, adaptándome al amargo sabor pero sin detenerme y él no hacia más que jadear de gusto.

Nos bajamos del auto y me fui hasta el sofá y me puse en cuatro con mis manos apoyadas a uno de los brazos y ya me había quitado la ropa.

Joaquín llegó unos segundos después y al verme se subió al sofá a cogerme, yo todavía con semen en la boca, relamiéndome, jugando con su leche, acostumbrándome a su extraño sabor.

Joaquín me cogía suavemente y me sujetaba del cuello con una mano y jalaba de mi cabello con otra como era habitual en su modo de cogerme.

De repente se detuvo, se sentó y me pidió que le volviera a hacer oral pero yo me bajé y lo tomé de una mano y me lo llevé a mi baño.

● Cógeme bajo la ducha, anda

le supliqué y mientras caminábamos lo fui desnudando y su ropa quedó tirada por el piso hasta que llegamos al baño. Abrí el grifo y nos metimos a la ducha a besarnos con pasión, me encantaba besarlo y sentir su lengua ahogándome.

Luego sí me agaché a chupársela mientras el agua nos bañaba, se la chupé tan rico, quería que acabara y me diera su leche pero luego ya no tendría más fuerzas.

Él mismo me detuvo, me puso contra la pared y empezó a cogerme.

● Las manos a la pared

me decía y luego me tomó del cabello y del cuello y me hizo gemir y gritar mientras me cogía.

Luego besarnos de nuevo como enamorados y de nuevo coger otra vez pero de frente para continuar besándonos. Y luego me hacía agacharme y decía:

● Chúpamela

y yo de obediente a comerme de nuevo su pene.

Luego se acostó en el piso y empecé a cabalgarlo hasta que de nuevo él tomaba el ritmo y me clavaba de arriba abajo y tomándome del cuello con más fuerza que las demás veces me hizo correr.

Luego me puse en cuatro a chupárselo, él continuaba acostado y decía:

● Eres la mejor mamando

Luego se puso de pie y yo continué chupándole el pene, yo quería la leche.

Me puso en cuatro y me cogió, mi cabeza quedó recostada al rincón y yo gemía como una zorra, en alta voz.

Me tomó del cabello, me hizo ponerme de pie y me cargó llevándome de nuevo al sofá de la sala, allí me recostó boca arriba y me clavó como a él le encantaba, de forma agresiva y pensé que se iba a correr pero volvió a cargarme, me llevó a la cama y quedamos abrazados, yo boca arriba mientras él se metía hasta el fondo de mi ser.

Estuvo un rato clavándome en esa pose hasta que se echó a un lado y me dijo:

● Ven, ven

y me metí entre sus piernas a chupársela pero no duré nada porque ya empezaba a eyacular. Me tomé toda la leche y continué chupándosela mientras él jadeaba agotado.

Esa vez se quedó unos minutos en casa, le preparé algo de comer antes de irse.

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