El amante de mi esposa me arrestó y la folló

Mientras tanto yo tenía que mirar todo aunque no quería porque tenía las manos y los pies atados. Incluso me puse ronco de tanto que grité maldiciendo a este hombre y a mi esposa que me engañaron y todavía me hacían ver todo. Todo esto pasó hace unos 4 meses, al principio no era bueno, pero luego tengo que confesar que disfruté viendo sexo en vivo. Hoy en día ya no estoy con mi esposa porque ella ya no quería.

Confieso que todo esto sucedió por mi culpa, no debí haber hecho eso porque comencé a engañar a mi esposa. Tuve sexo con la vecina y un día vio unos mensajes y fotos que había intercambiado con ella. Después de eso, ella quería el divorcio, le rogué que no lo hiciera, pero no sabía que planeaba devolverme el dinero de esa manera. Se vengó de mí de la peor manera posible y no pude hacer nada al respecto, solo quedarme quieto y observar.

Era un fin de semana, creo que sábado, nuestro hijo había viajado con la familia de su amigo. Y ese fin de semana solo éramos yo y mi amada esposa. Estaba durmiendo y de repente me desperté con las manos y los pies atados, y había un hombre fuerte frente a mí. Me levantó y me sentó en la silla al lado de la cama. Entonces llegó mi mujer y yo no entendía nada, les grité que me soltaran y entonces mi mujer empezó a decirme que se vengaría de mí por haberla engañado con el vecino.
El amante de mi esposa me arrestó y la folló

Intenté desatarme, pero era imposible, gritaba hasta quedar ronca y la morena fuerte le chupaba los pechos a mi mujer y luego su coño. La mujer traviesa se tumbó en la cama gimiendo intensamente mientras la morena le chupaba el coño. Lo maldije, a los dos en realidad, pero no sirvió de nada, fingieron que ni siquiera estaba allí y siguieron teniendo sexo conmigo mirando todo sin poder hacer nada. Así que dejé de luchar y me limité a observar.

Después de chupársela a mi mujer, el cabrón empezó a penetrarle el coño. La traviesa tumbada en la cama con las piernas abiertas y el pillo penetrando su coño cada vez con más fuerza. Ella gemía intensamente y decía todo el tiempo que hacía demasiado calor. La polla empujaba dura y furiosa dentro de ella. Y la traviesa entonces comenzó a sentarse en su pene, ella se sentó de buena gana y en ese momento comencé a excitarme, porque estaba viendo sexo en vivo frente a mí.

El bribón tomó a mi esposa a cuatro patas y la estaba penetrando aún con más fuerza. La traviesa gimiendo intensamente y yo estoy ahí toda emocionada viendo todo. Mi pene se puso duro y no pude controlarlo, quería ir allí y tener sexo con ellos, pero solo podía mirar. Después de tener sexo intenso, me soltaron y mi esposa comenzó a empacar sus maletas para irse. Tuve que rogarle que se quedara, pero no funcionó, la dejé ir y luego tuve que masturbarme pensando en todo lo que había pasado. Y confieso que me terminó gustando y lo quise volver.

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