Relatos Eróticos

Cuando mi primo Nacho entró de nuevo en nuestras vidas hace una semana, fue todo un acontecimiento. Mi madre y la suya son hermanas, y llevan muchos años sin hablarse, pero Nacho opinaba que la relación como primos, por un lado, y sobrinos, por otro, no debía verse afectada. Mi madre entendió este razonamiento y ese día comió con nosotros en casa.

La última vez que vi a mi primo, cuando vivían aquí, en Denia, una pequeña ciudad de la provincia de Alicante, yo tenía nueve años, seis menos que él. Por esto, después de doce años, me resultaba un perfecto desconocido, y quise saberlo todo con un completo interrogatorio. Así he descubierto que compró un barco velero hace tres años y piensa pasar el verano aquí. También que se hizo biólogo marino y practica el submarinismo.

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Les confieso que yo de niño casi me la cogí a mi madre pues mi madre era una mujer muy rica y como de todos los hombres fue la primer mujer que la veía siempre y me gustaba verle cuando se iba al baño pues siempre que ella se iba al baño yo me iba a verla por la ventana como hacia sus necesidades le veía como se limpiaba ese hermoso culo tan perfecto y redondito que tenía hasta que un día mi papá no estaba y a mi madre no le gustaba dormir sola así que nos llamó a mi hermano y a mi que vengamos a dormir con ella yo rápidamente me pude detrás de ella para dormir de ese lado ya en la madrugada mi madre durmió de cucharita dándome el culo a mi para que le abrase en ese momento yo me aproveche le empecé a manosear

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Contaba en esa época con 22 años mi prima tenía por ese entonces unos 32, era casada y tenía tres hijos, recién estaba separada ya que su marido la había engañado y ella no se lo perdonó y lo echó de la casa, como al mes de esto ella llegó a mi casa y entre todo lo que conversamos me confió que sentía muy sola, yo le dije que tratara de volver con su marido, lo cual descartó por completo, como teníamos bastante confianza nos contábamos bastantes cosas me preguntaba por mis conquistas pero yo no daba mayor detalle, en eso estábamos cuando de pronto noté que cruzaba demasiado las piernas, pensé que estaba nerviosa, en uno de esos cruces se me ocurre mirar no sé por qué encontrándome con un fondito blanco apenas visible, sin lugar

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