La relación con JC se tornó interesante, excitante, a veces desafiante y para mi sorpresa, hasta cómoda. ¡Sí!, cómoda. Por primera vez me sentí entusiasmada, anhelante y comencé a contemplar muchas posibilidades a futuro. Entré en esa faceta de la que siempre me burlé, la que la gente llama amor.
Me sentía sonriente todo el tiempo, y en honor a la verdad, los continuos orgasmos que me producía ayudaban bastante. De pronto me encontré pensando en dos y eso me sacudió emocionalmente. Inició una nueva etapa en mi vida a la cual no había dejado pasar a nadie desde mi divorcio.