Me encontraba preparando una receta de galletas, quería que cuando mi esposo terminara de ducharse, pudiera sorprenderle con un rico postre. Le habían dado un descanso de una semana, y aunque ya teníamos planes para los siguientes días, decidimos que hoy permaneceríamos en casa para que él pudiera descansar.
Me encontraba leyendo el recetario cuando Keev bajó a la cocina, me rodeó la cintura con sus brazos y repegó su dura verga entre la división de mis nalgas.