Me llamo Elena. Una mujer bastante corriente, bueno quizá muy atractiva, de cuerpo no muy esbelto, pero si tremendamente sexy. Una de esas rubias naturales.
Me veo en la necesidad de contar esta historia para aliviar la sensación que tengo de mi misma de que soy una mujer un poquito rara.
No se trataba de la noche de bodas. Ya había hecho el amor con mi marido en otras ocasiones y por supuesto que antes me masturbaba con mucha frecuencia.