“Dame una razón para seguir amándonos”. La frase de su esposa aún resuena en su cabeza desde hace días, desde aquella noche, mientras remueve con la guinda el Manhattan que se está tomando en la barra del Dry Martini.
Sexo con la chica de la limpieza
Es conocido que el escritor Georges Simenon necesitaba echarse como mínimo ocho polvos al día con otras tantas mujeres distintas (sin contar los que tenía con su esposa del momento) para estar satisfecho y poder así escribir desahogado.
Marcus no le va a la zaga. Aquel día, tras la sorpresa que tuvo Marta al verlo en el local, la dejó follando en el despacho con Elsa y Aida y, como era su costumbre, se fue al gimnasio.
Encuentro ardiente en el tren
A esas horas del mediodía el vagón del tren iba abarrotado y yo le estaba dando vueltas a cómo continuar mi relato.
Con un libro de Emily Dickinson abierto sobre las piernas, miraba distraído por la ventana cómo el mar iluminado parecía deslizarse junto al trazado de las vías.
Con mi esposa buscando jovenes
Mi actual mujer se llama maria, ella tiene 50 años yo tengo 6,tiene aún cuerpo estupendo, es alta, piernas torneadas para su edad, unas chciches que le gusta lucir con escotes pronunciados y lo mejor creo yo son sus nalgas que las tiene paraditas y le lucen mucho con mallas y faldas ajustadas.
Mis cuñadas estrechan relaciones
La siguiente vez que me conecté apareció la imagen del salón de la casa de Mirtha y Tina, que los que sigan mi historia quizás recuerden que eran primas entre ellas, pero además estaban casadas con dos de mis cuñados. Se veía que Tina acababa de llegar, y Mirtha la saludó con un:
-Bienvenida prima, nuestro suegro me ha contado que me visitarías y cuál es nuestra misión.
La visita del sobrino de mi marido
Como ya he explicado otras veces mis relatos son experiencias que me sucedieron hace varios años, en algunos casos muchos años, esta sucedió una vez que la hermana, de mi marido nos llamó para decirnos que su hijo debía de pasar por motivos de trabajo unos días en la ciudad donde vivimos, nos dijo que si para nosotros era molestia, se quedaría en alguna pensión, yo le dije que no era necesario, que estaríamos encantados de recibirle, aunque la verdad era que yo pensaba que el chico podría estropearme, o al menos estorbar en mis aventuras sexuales.
Esposa masturbada por un taxista
Con mi ex mujer solíamos salir por las calles de los Olivos por donde vivíamos, pero las salidas eran algo excitantes.
Un día fuimos a una discoteca por el ex boulevard y entre trago y trago se nos ocurrió salir a seducir a los chicos que estaban en la calle, ella llevaba un minivestido ultra chico que a la justa tapaba sus nalgas, unos pantis color piel, sin ninguna trusa ni sostén.