Fines de mayo en Buenos Aires. Despedida de soltero del Cabezón, fin de semana de lujuria total.
Viernes de noche, asado, fernet, vino y nos fuimos a un club que quedaba por zona norte al que no se podía entrar con el teléfono.
Andábamos mirando, el flaco se fue con unas alemanas (el maldito hablaba bien alemán), el Cabezón se fue con el flaco. Quedábamos el Gato, el Valli y yo.