Mi hermano se cobra sus cuernos

Somos una pareja con 8 años de matrimonio, Stella de 32 y yo de 34 años, nos llevamos muy bien hasta en la cama, ella médica, de 1.7 m de estatura, pelo corto negro, tetas 34B con pezones paraditos siempre y un culo de campeonato dicen las malas lenguas.

Mi hermano mayor, Alfonso, de 42 años y viudo tuvo un evento de corazón y su convalecencia la paso con nosotros en el apartamento. En la mañana lo cuida una enfermera y mi esposa regresa a casa de trabajar hacia las dos de la tarde y le recibe el paciente a la enfermera.

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Trío esperado con mi pareja y un amigo

Los días siguientes al trío inesperado con mi amigo, mi pareja algo incómoda me preguntaba qué había pasado. Yo, también algo incómodo, evadía la conversación. Luego no volvió a tocar el tema.

Retomé el contacto con mi amigo luego de un par de semanas, sin mencionar lo sucedido. Tampoco nos volvió a visitar por un tiempo.

Había pasado algo más de un mes, y mi pareja mencionó que le parecía raro que mi amigo no había vuelto a visitarnos. Le respondí que seguramente estaba muy ocupado con su trabajo.

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El mejor sexo de mi vida

Durante algunos años usé un app de citas en el que en su mayoría había maduras de ahí había que filtrar a las que se mantuvieran bien conservadas.

Hice match con Sandra, de 50 años, yo tenía 31 en ese entonces.

Empezamos a platicar y poco a poco tomó confianza, no era muy extrovertida.

Tengo varios tatuajes en los brazos y me dijo que los quería ver, eso propició a que le mandara fotos sin playera.

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Una semana de mucho sexo con mi querida suegra

Me levanté de la siesta y escuché la voz de mi suegra conversando con Mabel, una amiga suya desde la infancia. Le decía:

-La verdad es que los chicos me tratan muy bien. Yo sé que soy un estorbo en la casa ¿pero donde ir en mi situación actual? A veces me pongo mal, como cuando los oigo hacer el amor, porque lo hacen con una pasión que a veces me dan ganas de meterme a la cama con ellos. Mi hija Carmencita debe gozar como loca, digo, por la forma que a veces cuando están cogiendo la oigo dar unos gritos que apenas puede ahogar para que yo no escuche. Como si esto no fuera poco, para calentarme más aún, me pasó algo que te contaré, pero te pido que quede entre nosotras.

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Una madura y atractiva mujer

Como estaba repodrido de la gran ciudad decidí mudarme a un pueblo tranquilo. Encontré uno junto al mar, a medio mundo de mi casa natal y allí decidí quedarme. Todo era nuevo para mí. Excepto los bares. Siempre hay vida de bar en los pueblos y es allí donde se cuecen las habas.

Encontré un lugar en el centro del pueblo, que de todos los existentes reunía las condiciones de buen gusto, buena música y gente linda que una persona como yo necesita como entorno para que la cerveza, el vino o el café no le causen retortijones de estómago. Y de allí me hice parroquiano.

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El ex de mi amiga me da su lechita

Tenía 23 años, andaba en esa etapa donde una se cansa de fingir que está bien. Mi vieja había fallecido hace algunos meses y había dejado la carrera. Estaba rota.

Nahuel siempre me había parecido hermoso. Morocho, con esa voz grave de tipo que piensa todo antes de decirlo, y una forma de mirar que te derrite con un solo pestañeo.

Me gustaba desde que lo vi, aunque jamás lo admití. Era el chongo de una… “amiga”. Yo me mantuve al margen, hasta que no tuve por qué.

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De fiesta con mi madre

Todo comenzó el sábado de hace quince días, tenía planes para salir con dos amigos, los cuales son hermanos, pero en el último momento el plan se anuló porque problemas en su casa, me quedé un poco plof ya que me apetecía salir de fiesta, estaba en casa era la hora de comer y mi madre me preguntó “¿Que te pasa cariño? Te veo un poco desanimado”, “no, nada mamá” le respondí que el plan que tenía para esta noche con mis amigos de salir de fiesta se me ha fastidiado y no salimos.

Mi madre me respondió “joo que faena, pero estoy pensando una cosa y que te parece si salimos los dos juntos”, “¿tú y yo?” le pregunté, ella asintió con la cabeza sonriéndome, no me esperaba para nada esa proposición por parte de mi madre.

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