Mi novio Manu y yo siempre nos hemos querido mucho, llevábamos 3 años juntos y la relación iba viento en popa. Yo estudiaba fotografía en una escuela especializada y él trabajaba en la edición de una revista de naturaleza y seres vivos.
Uno de nuestros mejores amigos de toda la vida, Santi, iba a mi clase. Era el típico amigo con el que siempre se puede contar para todo. Un día Manu tenía que hacer un reportaje sobre los animales del monte y sus compañeros le dejaron tirado, despidieron al fotógrafo de la revista y Manu tenía que terminarlo antes de que buscaran otro, por lo que me ofrecí a ayudarle haciendo una sesión de fotos a los animales que hicieran falta. Santi para minimizar el trabajo se ofreció a ayudar también.