Siempre supe que María tenía un lado salvaje, pero nunca imaginé que fuera tan salvaje. Al principio de nuestra relación, nunca había tenido sexo salvaje, pero desde que empezamos a salir, descubrí que a mi novia le encantaba.
Siempre quería probar nuevas posturas y formas de practicar sexo. Me enseñó mucho sobre el sexo salvaje y sobre cómo podíamos divertirnos aún más. Ella me animó a soltarme y experimentar las sensaciones que nos da el sexo salvaje.
Uno de mis momentos favoritos con María fue cuando decidimos probar el sexo salvaje por primera vez. Estábamos en el salón viendo una película y empezamos a besarnos. Pronto se nos empezó a caer la ropa y empezamos a explorar nuestros cuerpos.