Compartiendo a mi esposa con mi hermano

Soy Fabio el hijo mayor de una familia de cuatro, mi hermana Clara, mi hermano Pedro y mi otra hermana la menor Ana. Soy una persona seria, acomodada y de mente abierta, mido 1.79 piel un poco oscura cuerpo algo atlético, actualmente tengo 42 años y llevo casado 16 años, con Marcela una chica muy linda y guapa, flaquita, mide 1.61, le llevo 6 años, cuando nos casamos ella tenía 20 y yo 26.

Cuando me casé con ella vivíamos cerca a la casa de mis padres, ella trabajaba como secretaria en una empresa y yo como supervisor, luego de 2 años de estar casados la empresa para que trabajaba abrió una nueva sede en otra cuidad y me ofrecieron la bacante de ingeniero mecánico y supervisor ya que por mi estudios y mi buena labor me tuvieron en cuenta primero y más que era mejor alguien conocido y supiera algo del manejo de la empresa y no alguien nuevo.

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Sexo duro con mi amigo de la universidad

Mi nombre es Elena, tengo 25 años, y hace un año tengo una aventura con un amigo de la universidad, mi follamigo Ángel.

Nos conocimos en el iniciando el primer año de nuestra carrera, porque ambos nos inscribimos en uno de esos grupos extracurriculares.

Ángel es un hombre fornido de gimnasio, de 1,80, tiene un brazos super torneados, una espalda ancha, con unos glúteos deliciosos.

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Mi vecina embarazada

-Halo vecina ¿Cómo ha estado? –Pregunté pasando por su lado. Ella era una mujer de unos 31 años, muy guapa de rostro, con un cuerpo normal, sin muchos senos, pero con unas nalgas pronunciadas.

-Bien, vecino. –Respondió ella terminando de abrir la puerta de su casa.-¿y usted como ha estado?

-Muy bien, muy bien, gracias. –Respondí parándome frente a mi puerta, metiendo la llave y abriéndola.- ¿Cómo está la barriguita?

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Mi primera novia

Cuando era joven, nunca fui muy bueno con las mujeres, era muy tímido, por lo que mi primera vez fue a los 25 años. Siempre me ponía nervioso cerca a las mujeres. El hecho de ser virgen, hacía que me ponga más nervioso y el pasar de los años no ayudaba, debido a la vergüenza que sentía por aun ser virgen siendo tan mayor.

Cuando estaba en el colegio, conocí a una amiga de mi prima, la cual me gustaba mucho. Salimos unas cuantas veces, pero mi timidez hacía que no me atreviera a declararme. Se llamaba Mia. Era bonita de cara, unos senos grandes y un trasero mediano. Era baja de altura. Pasaron muchas cosas que hicieron que nunca pudiéramos tener una relación.

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Más que una buena amistad

A diferencia de todo lo que he escrito, esta historia es 100% real y por primera vez relatada con permiso. ¿Cómo es eso? Bien. Les contaré.

Tengo una amiga llamada Betzabe. Ella es blanca, de 1.65, delgada, caderas amplias y pechos medianos.

Todo comenzó en una reunion para festejar el cumpleaños de dicha amiga.

Sé que suena un poco trillado. ¿Pero qué más puedo decir?

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Mi amiga seductora

Quizás el fetiche viene desde niños y no lo miramos con aquello… Pero de algo hemos aprendido que siempre una mujer de pechos voluptuosas va a sorprendernos con algún escote que nos dé dolor de muelas o de perdernos en aquellos montes.

Esa es una fantasía que cumplí hace meses atrás cuando conocí a una chica en una comunidad. Viene del sur y siempre ha mostrado ser una persona agradable y dulce, empezamos a conversar en aquella junta, nos pasamos nuestros números y llegando a casa empezamos a hablar. Uno nunca se mira por el lado físico de las personas, la verdad me encanta como son en la cama y como usan su mente para seducir, más allá de un gusto único que tengo… Los detalles y el buen vestir.

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Amor de madre

Martín entró en su casa y lanzó su mochila hacia el suelo al tiempo que cerraba la puerta de una patada. Su madre, que estaba haciendo la comida, se asomó al pasillo desde la cocina y lo vio dirigirse hacia ella con gesto contrariado.

—¿Qué pasa, cariño?

—Nada, no pasa nada—respondió Martín al tiempo que llegando a la altura de su madre la cogía por una mano y tiraba de ella hacia la mesa. Ella se dejaba hacer entre sorprendida y preocupada, todavía con la cuchara de madera en la mano.

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