La bella esposa del pastor

Quiero contarles lo sucedido estos últimas semanas, aunque en realidad una parte de mi se siente apenado de escribirlo aquí y medite mucho, si hacerlo o no, pero ahí va. Vivo en el centro de la Cdmx… Soy un hombre medio joven de 35 años, soltero, medio cuidado ya que nunca he tenido vicios, mido 1.73 y trato de comer sano, voy al gimnasio dos o tres días a la semana desde hace años; fue criado por hermosos cristianos, una bella familia, a pesar de mi edad aún sigo soltero y sin hijos, tuve una par de decepciones amorosas y hace años decidí esperar a la mujer indicada.

Asisto a la congregación y es algo que amo de mi vida y que no cambiaría por nada a pesar de mis errores. En la última decepción amorosa que tuve, por primera vez conocí el sexo y lo bello que es estar con una mujer, pero esto no duró mucho, un par de semanas y dos encuentros sexuales que se resumen solo a sexo oral. Eso fue a mis 29 años; por tal acto fui disciplinado en mi servicio; mis pastores son jóvenes, una pareja muy agradable en todo sentido, pulcros, trabajadores y muy dedicados a la obra.

A pesar de que nuestros pastores nos invitaron a casarnos a mi novia y a mi al saber nuestro pecado, las cosas se complicaron y terminamos nuestra relación, yo recuerdo que cuando confesamos nuestra falta, la esposa del pastor que llamare Flor por respeto; una mujer bellísima de escasos 37 años hoy, piel blanca, de mi estatura, delgada con bonita figura no exagerada, cabello largo, siempre usando vestidos floridos y elegantes, con 2 hijos, David y Jonathan.

La razón de porque mi vida sexual fue truncada cuando apenas comenzaba es está; en una ocasión mi exsuegra tenía que hacer una llamada a su marido, su celular se le apago y le pidió su celular a mi exnovia para hacer esa llamada, mientras nosotros seguíamos comiendo en su mesa, al otro día mi ex me comentó que su mamá había visto las fotos donde nos hacíamos sexo oral esa segunda ocasión, eran fotos muy explícitas, en la mayoría se veía mi miembro erecto, así que mi suegra indignada fue a decirle a los pastores enseguida y entonces estábamos frente a ellos ese mismo fin de semana confesando nuestra falta.

En esa plática estaba mi ex novia y el pastor con Flor su esposa, fue vergonzoso estar ahí contando los detalles de todo eso que aunque se resumía a dos ocasiones, ya nos habíamos besado todo; mi ex lloraba inconsolable, más recuerdo claramente algo que no pude sacar de mi mente por años y que quizá fue la semilla de lo que dio fruto hace semanas.

Estando ya por terminar la charla mi ex pidió permiso para ir al baño y al salir ella, como coincidencia el pastor recibió una llamada y se puso de pie disculpándose y salió al patio, así que un par de minutos me quedé con Flor, entonces yo tendría 29 y ella unos 31, estando solos, yo seguía agachado y hubo silencio por un momento, de pronto sentí la cálida mano de flor sobre mi mano, palmándome, y con esa voz suave que tiene me dijo mientras yo volteaba a verla al sentirle;

-tranquilo, no los culpamos, los amamos mucho.

Así me sentí aliviado al escucharla. Más ella agrego.

-¿Aún tienen las fotos del delito? (Dijo riendo de forma dulce.)

Yo dije que no con mi cabeza, recordando que enseguida mi ex había borrado las fotos de su teléfono el día que su mamá las vio, pero entonces recordé que en mi wasaps aún estaban, así que sin pensarlo mucho, como si hubiera recibido una orden, conteste.

-ah sí, las tengo en mi wasaps.

Al mismo tiempo estaba sacando mi teléfono y buscando las imágenes compartidas. Recuerdo que le estire el teléfono y ella suspiro al tener mi teléfono en su mano, antes de mirar el contenido, como preparándose a lo que sabía que vería, mientras yo agache mi cara pero mirándole, observé como se asomó a ver qué su esposo siguiera en la llamada y que mi ex no viniera, y entonces las miro. Yo había dejado la foto menos sexual, solo era besándonos mi ex y yo, si desnudos, pero solo se veían nuestros rostros, pero claro había más fotos; Flor me miró y pregunto:

-¿hay más fotos verdad, Puedo pasar?

Lo dijo señalando con su dedo haciendo el ademan de pasar de imagen. A mí me dio pena, pero no me sentía en posición de decir más, así que dije que si, enseguida ella paso, en las demás salía mi miembro erecto una y otra vez, recuerdo que Flor abrió más los ojos sin pestañar e incluso mojo sus labios disimuladamente, como sin querer. Supe que le había gustado lo que vio. Poco, pero miro a detalle las imágenes y me regreso el celular mientras dijo como sin saber que decir -está bien- note como si sus ojos le brillaron en ese instante y sonrió conmigo pícaramente un segundo mientras escondía sus manos; disimuló, pero la note pensativa y más callada, aunque sonriente sobre todo conmigo.

Yo note cada detalle, soy psicólogo y supe que había disfrutado verme así. Era tan alargador, no podía creerlo, esa mujer tan bella, tan perfecta, tan linda, de la que había aprendido tanto en cada sermón junto a su esposo…

Entonces llegó su esposo disculpándose y mi ex luego y bueno, disciplinados…

Pasaron años, por supuesto jamás pude olvidar todo eso. Y aunque yo disfrute aún más cada exposición de clases y sermones que ella daba. Ella pareció olvidar todo eso, pues su forma linda con todos y su espiritualidad siguieron como siempre. Así que todo fue normal durante años.

Hace poco comenzó a suceder algo que aún no puedo creer.

Cómo comenté, voy al gym dos o tres veces a la semana, hace semanas al entrar al gimnasio estaba Flor en las caminadoras y fue lindo verla, es una mujer de buen corazón y que siempre he respetado mucho. Esta vez no traía vestido o falda, lucía un shorts guango como de hombre y largo, una playera x, no se veía tan atractiva como cada reunión, pero si con esa carita sonriente, mujer sin maquillaje que siempre brilla su piel tersa, traía unas trenzas y sudaba entonces, aun así se veía divina esa mujer. Su rostro siempre brillando.

Nos vimos, y sin detenerse del ejercicio, sonriendo como siempre me dijo, -que gusto Adán-. Yo seguí mi rutina al fondo del gimnasio y ese día ya no la vi más. Una semana después estaba ahí con la misma ropa que parecía de su esposo o de sus hijos. Pero lindísima, en esta ocasión nos acercamos y platicamos de rutinas y temas del gimnasio, ella comento que jamás había estado en uno; me dijo poquito disgustada que llevaba dos semanas yendo, pero que el instructor la manoseaba al darle indicaciones y que eso la incomodaba y que entonces ya no siguió con instrucciones.

Así que me ofrecí a enseñarle algunas de estas, se le dibujo una sonrisa muy grande y me agradeció aceptando. Comenzaríamos la siguiente semana. Al despedirnos ese día me dijo tímidamente -¿crees que mi ropa sea la adecuada? -note su pena, ella sabía que su atuendo no era el más simpático. Yo reí suave.

-no está mal, pero si David se entera que le agarro su shorts se molestará.

Reímos un poco y ya no dijo más. Paso ese fin de semana y sinceramente yo no esperaba más y aunque recordé la escena de años pasados, no alimente esos pensamientos, al final, solo era una amistad, y un respeto a Flor, una mujer casada, con hijos y con un gran ministerio.

Llegado el lunes, cuando entre al gym, ella ya estaba ahí, y tenía un shorts de ejercicio femenino muy lindo, estaba vez incluso ajustado, lucía sus curvas, siendo una mujer delgada con curvas definidas. Parecía que toda su vida hacía ejercicio, pero ahí estaba. Las rutinas comenzaron, sin novedad, ella atenta obedeciendo y resistiendo.

En ocasiones era casi inevitable que yo tocará sus tríceps, para indicarle como cargar, a veces eran sus hombros, o sus chamorros; siempre era solo con la punta de mis dedos, muy suave, con mucho respeto, pero inevitable. Una vez sin querer toque sus muslos al estar haciendo peso muerto. Me disculpé enseguida a pesar de ser solo un roce, ella sonrió y sin coquetería ni picardía, dijo:

-no te preocupes, sé que no fue intencional, además contigo es diferente, aquel se aprovechaba.

Continúa.

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