Cuando le conté a mi hijo mayor, después de echar un buen polvo con él, que había estado follando con el hijastro de mi amiga Andrea, me imaginaba su reacción, me dijo:
-Pues si tú te has follado al hijo, yo quiero hacerlo con Andrea.
Como digo su reacción no me extrañó, de un lado mi hijo era un verdadero depredador sexual de maduritas, quería follarse a todas las que pudiera, de otro lado Andrea, pese a ser una cincuentona conversaba un cuerpo espectacular, cuando vamos juntas por la calle los tíos se quedan embobados mirándola.