Los siguientes meses fueron maravillosos. Podía disfrutar de mi prima Blanca y de mi novia Irene varias veces a la semana. Por supuesto, el sexo con Blanca era mucho más íntimo, ya que como lo he mencionado en relatos anteriores, era a pelo y siempre dejaba descargar mi semen en su coño.
Amor filial
La culpa fue de mis primas
Un juego nada inocente con mis primas que me cambiaría la vida para siempre.
Esta historia, real como todas las que escribo, sucedió hace ya bastantes años en un barrio obrero de una pequeña ciudad del Noroeste. Yo tenía por aquel entonces 18 años cumplidos y era el único de todos los primos que había logrado entrar en la Universidad, lo que en mi familia suponía un logro bastante destacable, y tenía, aparte de un hermano pequeño del que no hablaré más pues no pinta nada en esta historia, dos primas por parte de madre, llamémoslas Rocío y Catalina, hermanas entre sí y un poco mayores que yo, con las que tenía una relación muy estrecha desde siempre.
El deseo de mi suegra
Fausto A., o el comisario lobo como lo llamaban en el barrio por una serie televisiva de los 80s, era un hombre rudo, grande y si todo lo que contaba era cierto de coraje extraordinario. Varias veces condecorado por valor al servicio policial y decían por ahí “mejor que te agarre el diablo antes que él”. Claro que de ello ya había pasado mucho tiempo y lo que quedaba de ese justiciero no era más que una pila de arrugas sostenido por un bastón de aluminio y su única hija, Valeria A., mi señora.
La versión más puta de la mujer de mi padre
Cuando mi viejo nos dio la noticia de que se casaba y que Mariana venía a convivir con nosotros mucho no nos importó. Vivimos en una casa enorme y papá tenía derecho a rehacer su vida como se le diera la gana. Sin embargo, esa impresión cambió desde el primer momento que apareció con sus valijas.
Mariana medía 1.65, tenía caderas anchas y una cintura angosta que le marcaba perfectamente su culo trabajado en el gimnasio. Era delgada, pero con una espalda de hombros ampulosos que le daban una elegancia suprema a su cuello delicado, sobre todo cuando se hacía peinados recogiendo su pelo rubio y lacio.
La tía chaparra culona ¡cómo le gusta el sexo!
Soy de un pueblo de Oaxaca, soy de estatura baja (1.60), siempre me ha gustado ejercitarme y aunado a ello a pesar de ser bajito mi verga siempre ha sido algo de lo que siempre me he sentido orgulloso, aunque eso también en ocasiones me ha, digamos, frustrado porque al coger mujeres muy cerradas termino por lastimarlas, y es que mi miembro gracias a herencia de mi padre me mide en plena erección 23 cm y es grueso como un pepino.
El caso es que a mis treinta años tuve una de las mejores experiencias sexuales de mi vida, ya que me cogí a una tía que nunca pensé en hacerlo.
Mi suegra, mi novia y el cumpleaños de mi cuñada
Pasaban las semanas y cada vez que iba a lo de mi novia, María o la madre me decían “ya falta poco para los 18 de Josefina”.
Josefina, mi cuñada era un bombón.
Pelo castaño claro, 1.68 de altura, preciosa de cara, labios carnosos, ojos verdes, las tetas de la madre y el culo de la hermana. Yo creía que era muy tímida porque casi no me hablaba, pero aparentemente era por ser el novio de la hermana y porque María le había contado algunas “cositas” que la ponían nerviosa.
Trio con hermanos uno famoso influencer
ESTABA EN FACEBOOK ABURRIDA Y SEGUIA A UNO DE LOS HERMANOS QUE ES AUTISTA Y MUDO PERO HACE ARTE CON BARRO Y LATAS, LE MANDE MENSAJE EL SABE ESCRIBIR. LE DIJE QUE ERA SU FAN Y TENIAMOS LA MISMA EDAD YO 24 AÑOS Y EL 24.
NOS QUEDAMOS DE IR AL CINE PERO POR CUIDADO NOS ACOMPAÑABA SU HERMANO.
FUIMOS LOS TRES AL CINE TODO NORMAL PERO NO HABLAR CON EL FUE RARO A LA VEZ, ME DIO UN BESO EN LA PELICULA Y ME DEJE FUE UN PICO SU HERMANO ME DIJO BESALO BIEN Y LO BESE BIEN LA VERDAD.