Vacaciones con mi esposa en el caribe

Ya llevamos un tiempo sin salir solos y era algo que necesitábamos. Salir y olvidarnos de todo excepto de nosotros.

Fue por esa razón que casi ni planificamos nuestro viaje, solo vimos una buena oferta y partimos al caribe.

El lugar era un hotel en República Dominicana donde no se puede ir con niños, ideal para poder estar tranquilos sin que alguien se tire una bombita al lado tuyo en la piscina jajajjajaja.

De todas nuestras vacaciones eran las primeras en un resort todo incluido, estábamos decididos a descansar y pasar todo el tiempo juntos sin ninguna preocupación más que decidir si comíamos en el buffet o en un restaurant temático.

Con mi esposa estamos en una etapa que queremos disfrutar lo que más podamos y regalonearnos todo lo posible, nuestros hijos ya están grandes y pueden quedarse solos en casa, así que ellos dejaron de ser una preocupación.

Mi nombre es Dante y con mi esposa Josefine estamos en los 40’s. Yo 42 y mi esposa 40.

Nos mantenemos bastante bien, Josefine mide 1,7. Tiene una cola muy bonita, pero lo que más llama la atención de todos son sus grandes pechos.

De tes blanca y ojos color miel con pintas verdes, boquita muy linda con unos labios carnosos que le dan un toque de ser la villana de la película, jajajajajaj.

Siempre que vamos por la calle me he fijado que la miran mucho, aunque ella siempre lo niega. La verdad no se si realmente se da cuenta o prefiere negarlo pensando que me pondré celoso.

Yo soy de contextura normal, mido 1,8 y como practico básquetbol semanalmente me mantengo bien. De tes más morena y pelo castaño oscuro.

La llegada fue impactante, todo el ambiente era extraordinario, la amabilidad de todas las personas superaba todo lo que pensábamos antes de ir y el lugar era muy bonito.

Lo primero que hicimos al llegar fue tomar una ducha helada, la temperatura era de 40 ° a las 6 de la tarde, así que necesitábamos sacarnos el viaje y el sudor de las primeras horas.

Estábamos en la ducha hablando sobre el viaje y lo bien que tenía que salir todo, cuando sonó el timbre de la habitación. Me puse una toalla para cubrirme y salí a abrir.

Era una persona del Hotel que nos llevaba una canasta con frutas, chocolates y 2 botellas de champagne.

Muy amable la persona que se presentó como asistente de los pasajeros y encargado de llevar el regalo de bienvenida.

Me estaba hablando de los horarios de los diferentes buffets cuando noté que perdió totalmente la concentración, y cada cierto rato miraba por sobre mi hombro.

En ese momento recordé que cuando salí a abrir no cerré la puerta del baño, entonces intuí que lo que desconcentró al muchacho fue que seguro tenía vista directa a donde estaba Josefine.

No me quise voltear a ver si realmente se veía o no, preferí hacer como que no me daba cuenta. El chico me hablaba ya cosas sin importancia real o cosas que ya nos habían dicho en la recepción, pero estaba decidido a inventar conversación para seguir, hasta que ya no tenía nada más que decir y se despidió.

Entré a la habitación y ya Josefine estaba terminando de secarse, cuando le conté que vino una persona a dejar unos regalos.

Dante – Mira lo que nos trajeron, era una persona del hotel.

Josefine – Si me di cuenta de que vino alguien porque desde la ducha se veía directo hacia la puerta, porque dejaste todo abierto.

Dante – Bah, disculpa no me fije

Josefine – Pero él si se fijó porque estuvo todo el rato mirándome.

Dante – ¿Y por qué no me dijiste? Podría haber cerrado la puerta del baño

Josefine – Ya daba lo mismo, además deben estar acostumbrados con tanta turista que usa micro bikinis, o que practican toples, que ver un cuerpo más ya les da lo mismo.

Dante – ¿Y no te importó que te vieran?

Josefine – Estamos en el caribe, aquí nadie nos conoce, así que da lo mismo.

Nos pusimos a reír y no hablamos más de tema, pero no pude evitar recordar nuestro viaje a México, donde terminamos haciendo el amor frente a una pareja de mirones que nos veían desde su departamento.

Terminamos de vestirnos y salimos a cenar.

Durante la cena fue todo muy normal, comentábamos lo lindo del lugar y lo amables que eran todas las personas que atendían, todos preocupados de que cada pasajero estuviera lo más cómodo posible.

Me fijé en las otras mesas y se veían muchas personas de diferentes países, razas e idiomas. Pero todos tenían en común que se veían felices y bien atendidos.

Terminamos la cena y fuimos a ver el espectáculo temático de ese día, que era sobre ritmos tropicales, así que había mucha música y baile.

La bachata nunca había sido un ritmo de mi gusto, pero estando ahí, en el caribe, era diferente.

Había muchos anfitriones, hombres y mujeres, y como ya habíamos notado, unos de piel muy negra y otros más bien mulatos. Tenían por tarea mantener entretenidos a todos los asistentes, mujeres y hombres jóvenes que su tarea era sacar a las personas a bailar y mantener un ambiente festivo.

El baile nunca fue mi fuerte, más bien siempre fue punto débil, entonces cuando se acercó una de las anfitrionas a nuestra mesa y me sacó a bailar, la primera respuesta mía fue que no, que muchas gracias, pero prefería no hacerlo, entonces mi mujer me dijo que fuera, que no fuera tonto.

Me levanté con un poco de vergüenza y seguí a la chica hasta la pista de baile. Me deje llevar, porque era lo único que podía hacer la verdad, ella bailaba muy bien y me guiaba en todos los pasos. Era una mulata muy linda que estaba vestida con una faldita corta que apenas le tapaba la cola y unos tacos gigantes, que de verdad no sabía cómo podía bailar con ellos.

Entre la multitud trataba de ver hacia nuestra mesa, para hacer algún gesto gracioso a mi mujer, pero no llegaba y siempre se cruzaba gente.

Cuando ya íbamos por la tercera canción le dije que mejor volvía a la mesa con mi mujer, pero ella me tomo del cuello y me dijo al oído que no me preocupara por ella, que aburrida no estaba.

Entonces ella misma me giró, y entre la gente pude ver a mi mujer. Estaba bailando con uno de los anfitriones, un mulato que debía medir más de 1,9 Mts porque ella se veía muy pequeña al lado de él.

Josefine llevaba un vestido largo, de esos estilos Hawaianos, un vestido de una tela muy delgada que es de una sola pieza y se anuda por delante con un solo tirante a la cintura.

Me quedé unos segundos mirando a ver si cuando dieran una vuelta me veía, pero como el tipo eran tan grande terminaba siempre tapándola.

El animador aviso el final del espectáculo así que nos volvimos a nuestra mesa.

Al juntarnos me fije que mi mujer iba muy transpirada, con las mejillas rojas y como que le costaba un poco respirar. Le pregunté si se sentía bien y me contesta que el calor la tenía mal, entonces empezó a mover su vestido tratando de refrescarse, me acerqué a ella y toqué su muslo por el costado de la rodilla. Ella estaba muy mojada, como si se hubiera duchado.

Me fui a la barra por unos tragos y un vaso de agua, cuando volví a la mesa mi mujer estaba hablando con una turista argentina que tenía mesa al lado de nosotros, entonces algo se decían y reían con ganas. Me presenté y ella me presentó a su marido.

Eran un matrimonio mayor, cercano a los 50 años a mi parecer, muy simpáticos ambos, nos contaron que ellos van todos los años al mismo lugar porque era el mejor hotel de todo el país, la mejor comida, habitaciones y sobre todo (Ellos dijeron y recalcaron) la mejor atención, dicho esto volvieron a reír con una mirada cómplice con mi mujer. Luego ya volvimos cada pareja a su mesa.

Josefine ya se había recobrado, le bajo el calor y el color rojo de sus mejillas fue desapareciendo.

Seguimos sentados en nuestra mesa, ella tomando mojitos y yo Cuba libre, hablando de cuáles serían los lugares que saldríamos a conocer y cuales Tour tomaríamos.

Durante toda la conversación mi mujer estaba pegada a mí, con su mano en mi rodilla y cada cierto rato subía para tocar disimuladamente mi entrepierna. Subía, tocaba y bajaba su mano a la rodilla, todo mientras me miraba a los ojos para ver mi reacción, hasta que le dije que ya no aguantaba más y que nos fuéramos a la habitación para hacer el amor.

Entonces ella me dice que, si quiere salir de ahí para estar juntos, pero no a la habitación, que teníamos que ir a la playa, al aire libre, que para eso estábamos en el caribe.

Mi respuesta inmediata es que mejor no, porque podían vernos, entonces me dice que eso no importa, que seguro muchas parejas van a hacer lo mismo, así que seguro a nadie le importaría una pareja más.

Nos paramos y caminamos por el centro del lugar hasta la playa, en el camino siguió con sus juegos, yo pasé mi brazo sobre sus hombros y ella me llevaba abrasado de la cintura. Al igual que en la mesa, bajaba su mano para darme un apretón y rápidamente volvía su mano a la cintura. Ya con eso me llevaba a mil, además que como llevaba un short se notaba claramente mi excitación.

Con mi mano yo iba tocando uno de sus pechos, lo apretaba con toda mi mano y cambiaba para ir rosando con mi dedo su pezón, así que cualquiera que pasara cerca nuestro nos vería, a mí con un bulto en el pantalón y ella con los pezones duros.

Llegamos al a playa y buscamos alguna reposera que estuviera lejos de los focos que alumbraban hacia el mar, y vimos unas que tenían quitasol encima, así que estaban todavía más a oscuras.

Caminamos por la arena mirando a todos lados, así ver si había alguien más que nos incomodara, hasta que llegamos y Josefine prácticamente me tiro sobre una de las reposeras.

Ella se sentó sobre mí y comenzamos a besarnos muy apasionadamente. Besos profundos y muy mojados, yo la tomaba fuerte del pelo y la nuca para apretarla más hacia mí, y ella tomaba mi cara por los costados, nos olvidamos por completo de que estábamos en la playa. Tenía olor a alcohol, ese olor me encanta porque me recuerda siempre a cuando hemos tenido las noches más alocadas y mejor sexo.

Josefine se detuvo, me miro y sonrió, con esa risa de que haría una maldad. Entonces se acomodó y sentó sobre mis piernas para poder bajarme el short.

Fue liberador, ya sentía que me llegaba a doler mi pene de tenerlo tan apretado. Me volvió a mira, lo tomó con su mano y le dio un beso en la punta.

Josefine: ¿Qué quieres que haga?

Dante: Quiero sentir tu boca, que me chupes profundo y muy mojado.

Josefine: ¿Así?

En ese momento se introdujo todo mi pene hasta el fondo. Jugaba con su lengua a la vez que subía y bajaba hasta tragar todo, me tenía en el cielo.

Recordé que estábamos en la playa y mire a nuestro alrededor para asegurarme que nadie estaría cerca, entonces Josefine se detuvo, subió y me habló al oído con voz sexi.

Josefine: ¿Qué miras?

Dante: Estaba viendo si no había nadie

Josefine: ¿Por?

Dante: Porque estamos en la playa muy expuestos

Josefine: ¿y eso importa?, aquí nadie nos conoce

Dante: ¿En serio no te importaría que alguien nos viera aquí?

Josefine: Si te preocupa tanto dime y no sigo, así ya no estarás nervioso

Sus últimas palabras me ponían en un dilema, seguir disfrutando de una rica mamada o para por miedo a que alguien nos pudiera ver.

Y fue cuando realmente me libere de cualquier miedo a ser descubierto. Como podía mi mujer estar tan tranquila disfrutando el momento y yo como un tonto asustado. Así que le respondí que no me importaba realmente que alguien nos estuviera viendo.

A esa altura ya me había fijado en las cámaras que había instaladas en los postes donde estaban las luminarias que apuntaban al mar, pero no quería matar la pasión.

Josefine volvió a bajar para seguir chupando mi pene incluso más apasionadamente que antes, lo metía hasta el fondo mientras con una mano tomaba mis testículos y con la otra pude ver como se empezaba a tocar lentamente.

Yo ya estaba a punto de acabar cuando se detuvo, se subió sobre mí y se metió mi pene de una sola vez hasta el fondo.

En esa posición la podía sentir toda y cada centímetro que entraba en ella. Fue tanto que no creo que estuvimos así más de 5 minutos hasta que ambos terminamos al mismo tiempo.

Me abrazo y me dio un beso profundo y muy húmedo.

Una vez que nos quedamos en silencio escuche los gemidos de una mujer a lo lejos, se notaban que eran de placer. Nos quedamos mirando y tratamos de distinguir de donde venían.

Josefine: Parece que hay alguien más que quiso disfrutar la noche, y tu preocupado que alguien nos podía ver. Jajajajajajaj

Dante: Siii, parece que no éramos los únicos pasándolo bien, jajajjjaajajaja

Josefine: ¿Nos abran escuchado ellos?

Dante: No lo sé, pero creo que no, porque no fuimos tan escandalosos.

Josefine: Eso es lo que tú crees.

Ambos nos pusimos a reír y seguimos dándonos besos.

Dante: ¿Vamos a ver quién es? ¿O te da vergüenza?

Josefine: si vamos pero que no nos vean.

Nos arreglamos la ropa y empezamos a caminar hacia el lugar de donde venían los gemidos tratando de escondernos en las sombras de los quitasoles que estaban en la playa.

Caminamos hasta donde terminaba el resort donde nos estábamos quedando y nos fijamos que los sonidos venían del Resort de al lado, que eran de la misma cadena pero que tenían valores más altos por ser ultra premium.

Nos quedamos mirando solo para ver quien daba el primer paso, si entrabamos o no, pero en eso apareció un guardia que nos dijo que si no estábamos alojados en ese recinto no podíamos pasar.

Nos dimos media vuelta, tanto ron ya está haciendo efecto así que ambos preferimos volver a la habitación.

Nuevamente nos metimos a la ducha para poder sacarnos el calor que traíamos.

Estando en la ducha volvimos a besarnos muy apasionadamente mientras ambos nos tocábamos. Una de sus manos la tenía bajando y subiendo por mi pene y la otra me apretaba los testículos, e iba intercambiando.

Yo le tocaba solo su clítoris y los labios por fuera, la sentía muy mojada y caliente, pero no quería meter ni un solo dedo todavía.

Me soltó y desde la cabeza me empujo para que le pasara mi lengua ahora. Subió una de sus piernas por sobre mi hombro así me hiso más fácil la tarea.

Josefine tenía la espalda apoyada en el muro y me tenía agarrado de la cabeza para guiar mis movimientos, si eran más rápidos, fuertes o si quería que me apartara un poco.

Sentía en mi boca como estaba de mojada, así que hice algo que siempre le ha gustado cuando hacemos el amor.

Solo con mi lengua chupaba su clítoris y con mis dos manos me agarré de su cola y le fui apretando y separando sus nalgas. Cada vez acercando más mis dedos a su culito hasta que llegué a pasar los dos dedos índices para mojar su ano.

Introduje primero un dedo y ella me apretó más la cabeza a su cuerpo, señal que le había gustado. seguí un buen rato así hasta que ella me misma tomo mi mano y empujó mis dedos más adentro de su cola.

Con una mano me apretaba la cabeza para el ritmo de mi lengua y con la otra mano llevaba el ritmo de la metida ya de dos dedos dentro de su culito.

Luego de estar así unos 10 min más o menos, apartó mi cabeza y bajó su pierna de mi hombro, me volví a parar frente a ella y nos volvimos a besar muy profundo, nos estábamos comiendo los labios.

Se separó de mí, me miro con cara de lujuria y me dice “Ahora te quiero dentro mío”, y justo después se da vuelta y apoya las manos en la pared.

Yo intenté penetrarla desde atrás, pero me detuvo, “Te quiero dentro mío, pero por mi culito”

Por la forma como me lo dijo y la cara que tenía me di cuenta de que ya estaba muy caliente y sería una noche de rico sexo.

Josefine me tomo del pene y ella misma empezó a meterlo en su culo. Al principio costó un poco, pero el agua, calor y calentura terminaron por romper ese problema.

Cuando ya se logró meter todo mi pene dentro suyo yo me quede quieto, y ella empujaba hacia atrás para hacer que saliera y entrara.

La tome desde el pelo y le besaba la espalda, cuello, orejas y todo lo que alcanzara con mi boca, sus quejidos ya eran fuertes cada cierto rato me miraba hacia atrás con su cara de caliente que me encanta tanto.

Bajó su mano hasta agarrar mis testículos y cambiada a ratos para masturbarse ella misma mientras yo seguía metiéndoselo por detrás hasta que me grita casi que ya estaba acabando. Ver su cara de lujuria y decirme eso mientras casi gritaba me hicieron acabar junto con ella, aunque todavía no quería. Fue algo que no pude controlar.

Nos estuvimos besando unos minutos y luego nos fuimos a la cama.

Creo que fue la noche que más dormimos de las que estuvimos en el resort.

Recuerdo que desperté primero a la mañana siguiente, y fue por el calor que había en la pieza. Nos habíamos quedado dormidos sin aire acondicionado puesto.

Ambos estábamos desnudos sobre la cama, fue como si nos hubiéramos desmayado, jajajajaj.

Josefine se veía muy linda, estaba acostada de lado y sus grandes tetas se veían hasta más grandes así.

La desperté con un beso en la mejilla para avisarle que si no nos levantábamos quedaríamos sin desayuno. Ya eran las 10 AM y el desayuno era solo hasta las 11 AM.

Nos dimos una ducha rápida, por separado, y salimos rumbo al casino. En el camino muchas parejas jóvenes iban ya rumbo a la playa o piscinas, lo que me llamó la atención es que iban casi corriendo. Después supe porque, van a dejar una toalla en las reposeras para que nadie se las ocupe, algo que no entendí porque la piscina estaba vacía, pero todas las reposeras ocupadas con toallas, pero bueno, creo que son costumbres de quienes van a los Resort.

Tuvimos un desayuno con mucho café y frutas mientras hablábamos de lo que haríamos durante el día y los días siguientes, pero ninguno de los dos habló sobre lo que hicimos o escuchamos a noche anterior. Después de un rato largo ya nos paramos rumbo a la habitación para cambiarnos e ir a la playa.

Yo me puse el típico short de traje de baño, lentes gorro y ya estaba listo, pero Josefine se demoraba mucho en elegir que usar.

Tomó una bolsa que traía en su maleta y se metió al baño. Cuando salió casi se me salen los ojos, llevaba un bikini blanco muy pequeño que apenas le cubría los pechos y la colita, cada movimiento parecía que se quedaría desnuda.

Se veía hermosa y muy sexy, pero me dejó un poco descolocado porque nunca había usado un traje de baño así, siempre eran de una sola pieza y prácticamente cubría todo.

Josefine: Como encuentras que me queda, ¿no se me ve muy mal?

Dante: Noooo, para nada, al contrario, te ves hermosa así, me encante como te queda

Josefine: Creo que mejor me lo voy a cambiar.

Dante: pero porque si te queda super bien, ¿cuál es el problema?

Josefine: Que me siento desnuda y un poco incomoda

Dante: No te preocupes por eso, como me dijiste anoche, aquí nadie nos conoce y estamos en el caribe.

Me miró un poco de lado, se dio media vuelta y entró nuevamente al baño. Pensé que se iría a cambiar, pero solo fue para retocar el labial y salió nuevamente con el pelo tomado en una cola y pasando la punta hacia adelante por sobre su hombre terminando la punta sobre su pecho.

Se puso una malla sobre el cuerpo para cubrirse un poco y salimos.

Había muy poca gente en la playa, otra cosa que no me cuadraba mucho, pero que también supe por que un rato más, cuando quise ir por un trago al bar. La única parte que estaba llena eran los bares, dentro o fuera de la piscina, pero en uno de todos los bares que tenía.

Con esa cantidad de gente era muy difícil poder pedir algo, pero recordé un consejo de un amigo que visitaba siempre este tipo de centros. Volví donde estaba Josefine y le pedí que me pasara 10 USD.

Me acerqué un poco al bar y cuando vi pasar a una de las personas que recogen los vasos le pedí los tragos y le pasé los 10 USD. Me miró con una sonrisa y me dijo que él se encargaba, que fuera a mi lugar en la playa, que él me los llevaba. A los 5 minutos tenía mi vaso de ron y Josefine su copa de sangría. Todo de lujo.

Nos fuimos a bañar al mar un rato, pero no duro mucho ahí, sintió un pez pasar por su pierna, se asustó y prefirió salir mejor e ir a tomar sol. No pasó mucho rato que veo que se sienta en la reposera, mira a todos lados y me llamó. Quería que le ayudara a sacar el tirante de la parte superior del bikini que se le había cerrado mucho y no podía soltar. No le dije nada sobre eso, nunca había hecho topless en público, pero como ambos dijimos antes aquí nadie nos conoce.

Cuando ya se lo sacó me dijo que prácticamente todas las mujeres que había en la playa estaban tomando sol así, sí que una mas no haría la diferencia. Nunca he sido de andar buscando mujeres para mirar y menos acosar, por eso creo que no me había fijado en ese detalle.

Volví al mar y me fijé que por la playa venían unos chicos con trajes muy coloridos, con una bandera de bebida energética. Pasaron casi de largo en todas las reposeras, pero se detuvieron a hablar con Josefine. Pensé que ella se cortaría e intentaría taparse con una toalla, pero no fue el caso. Hablaba con ellos y parecía que le daban unas indicaciones.

Al rato volví a su lado y pregunté de que hablaban.

Eran promotores de una disco muy grande de la zona y donde gran parte de los turistas más jóvenes van a bailar por las noches, pasaban por todos los resorts a las 11 PM buscando a los turistas y volvían a las 5 AM devuelta. Lo de jóvenes se lo dijeron los chicos, esa fue la razón de que no se acercaran a las demás personas que estaban en el lugar, que se veían mayores que nosotros.

Pregunte si iríamos en la noche u otro día, pero me dijo que mejor otro día, que la turista argentina con que estuvo hablando la noche anterior le contó que hoy en la noche el espectáculo del resort era con motivo Hawaiano y que era muy entretenido, así que mejor lo dejábamos para otra noche ir a la disco.

Así estuvimos prácticamente toda la tarde, entrando y saliendo del agua, ni siquiera teníamos que ir al bar a buscar tragos, porque el muchacho que me ayudo más temprano se nos acercaba a cada rato para preguntar si nos llevaba algo, sobre todo cuando se fijó que Josefine estaba tomando sol casi desnudo.

Al final de la tarde Josefine me dice que está bien la hora para ir a cambiarnos e ir a la cena, así podía tomar un baño y maquillarse con tranquilidad.

Pensé que podíamos repetir la ducha del día anterior, pero me dijo que mejor esperábamos a la noche, que no fuera tan ansioso, así que me quedé con las ganas.

Se vistió muy cómoda, vestido largo parecido al de la noche anterior, yo también elegí ropa cómoda. Short de tela, sandalias y una camisa.

La comida fue bastante liviana, muchas ensaladas y mariscos, ninguno de los 2 quiso cargar mucho el estómago. Durante la conversación le pregunté como lo había pasado y que tal le resulto estar en topless en la playa y que otras personas la vieran. Me contestó que al principio le complico un poco, pero que fue lo mejor así sus tetas, que son grandes, quedaban más parejas.

Que le dio un poco de vergüenza cuando llegaron los chicos de la Disco, pero que ellos parecen están acostumbrados porque ninguno la quedó mirando mucho, que la única que la miraba era la chica que iba en el grupo. Que le dio la idea de que era pareja de alguno de los dos porque estaba atenta a ver si el chico más alto la miraba a la cara o a las tetas. Nos pusimos a reír después de eso.

Al terminar nos fuimos al lugar del escenario a ver el espectáculo, todavía era temprano así que tomamos unas mesas cerca del bar.

Partió el show principal con música muy fuerte malabaristas con fuego, todo muy Hawaiano. En mitad del show siento que me toman de los 2 hombros y una voz femenina le habla a mi mujer. Era Agustina, la turista argentina.

Estaban unas mesas más atrás de nosotros con otras parejas de turistas, por lo que pude ver, todos cercanos a los 50 también. Nos preguntó cómo iba todo y si queríamos unirnos a su grupo.

Al instante aceptamos, por tradición los chilenos siempre decimos que los argentinos son pesados y agrandados, pero a todos los que he conocido personalmente me han parecido muy entretenidos, además que generalmente son personas que disfrutan mucho la vida y son muy fiesteros. Lo único que no puedo entender de ellos es que el vino tinto les guste helado y con soda, jajajajajaja, detalles.

La mesa estaba compuesta por la pareja argentina, otra de España y una de Italia, más nosotros que nos uníamos ahora y cerrábamos el semicírculo mirando hacia el escenario.

En ese momento me fijé que todos ellos llevaban pulseras rojas, diferente a las verdes que teníamos con Josefine, así que les pregunté.

Todos eran socios del resort e iban hace muchos años a los diferentes hoteles de la cadena a través del mundo así que supe que todos tenían muy buen pasar económico. Nos contaron que se alojan en el resort premium que está al lado del nuestro, pero que en las noches se venían a nuestra zona porque los anfitriones y shows eran mucho más entretenidos.

Fue cuando me acordé de los gemidos que la noche anterior venían de ese resort, y creo que Josefine también de acordó porque me miró y abrió los ojos.

Yo estaba al final del grupo, al lado mío Josefine sentada junto a Agustina, seguían Valentín su marido y luego las otras parejas, que nos dijeron sus nombres, pero lo olvide casi altiro.

Aunque mi mujer no quería, igual le conté a Agustina que anoche caminando por la playa sentimos los gritos de una mujer que venían cerca del muro de ambos resorts, que íbamos a ver, pero un guardia no nos permitió la entrada.

Agustina se puso a reír, miro a las otras parejas y les dijo lo que les había contado. Todos se miraron y rieron a carcajadas.

Nos contó que después del show de la noche anterior ellos volvieron a su resort y quedaron tomando unos tragos en la piscina, y que Mónica (italiana) había quedado medio calentona con los bailes así que se apartaron con su marido Luca para sacarse las ganas, que si se iban a la habitación no volvían mas así que mejor lo hicieron ahí no más.

Mónica nos miró a Josefine y a mí y nos preguntó que, si solo habíamos ido a caminar, porque cuando se apartaron del grupo también sintieron algunos ruidos de sexo cerca del muro de plantas que separa ambos sectores.

Josefine se puso muy roja y todos nos largamos a reír.

Terminó el show de los artistas y volvieron los bailarines a sacar a los huéspedes, y por lo que me fijé era el momento esperado por todos nuestros compañeros de mesa. Inmediatamente todos se pararon y salieron a bailar con los bailarines del resort.

Como no nos paramos altiro, una pareja de bailarines nos fue a buscar a la mesa.

Mi pareja era una mujer de piel muy oscura y alta que estaba vestida con un traje de baile Hawaiano que no le alcanza a tapar la cola por completo, en la parte de arriba tenía unos cocos que le cubrían las tetas, tampoco cubrían mucho la verdad. Ella era muy exuberante y al moverse parecía que quedaría desnuda.

Luego de 2 bailes Hawaianos cambio la música a Bachata, así que mi pareja de baile me acercó de la cintura y me hacía seguirle el ritmo. Al igual que la noche anterior trataba de seguirla, aunque no sé qué tan ridículo me podía ver bailando con una morena que se movía como gelatina y yo ahí muy tieso.

Miré a Josefine que estaba bailando a unos 3 metros de donde estaba yo con un hombre negro alto que media cerca de los 2 metros yo creo, que solo tenía un taparrabo minúsculo tratando de cubrirle algo. Ambos estaban bailando muy pegados y era evidente la erección que tenía él, porque al moverse se notaba que se le llegaba a levantar el taparrabo con su pene. Así que era claro que cuando se pegaban al bailar Josefine tenía que sentirlo también.

Mi pareja de baile se fijó que estaba desconcentrado mirando a otro lado y se pegó más a mí, dando más vueltas y prácticamente se sentaba en mis piernas en los movimientos. Ahí pude sentir su aroma, un aroma mezcla de sudor, perfume y aceite que le quedaban muy bien.

Volví a mirar a Josefine y me fijé que su pareja la tenía tomada por la cintura para levantarla cuando daban vueltas, y que prácticamente se estaban sobando con cada movimiento. Eso ya me tenía nervioso y justo por detrás mío aparece Mónica y me habla al oído. Creo que ya es hora de sacar a tu mujer de ahí porque el Mandingo siempre busca a las más pechugonas, así que la voy a salvar.

Esas palabras fueron como un despertador, fue cuando me di cuenta de que el tipo tenía una tremenda erección y no paraba de pegarse a Josefine. Mónica intercambio pareja con Josefine así que se quedó con el Mandingo.

Como ya sabía por ver películas porno, Mandingo se les dice a los negros que tienen un pene muy grande, como los que salen en las películas de Blacked en internet.

Yo hice una pausa para ir al baño y tomar algo, porque mi pareja me había dejado muy cansado con tanto baile. Fue cuando se me acercó Valentín y me hace algunas preguntas personales mías y de Josefine, de cuánto tiempo llevábamos juntos, si teníamos hijos y de que cosas nos gustaba hacer en la vida, entonces me dice que bueno que no me cabrie viendo a Josefine bailando con el Mandingo, porque había sido una trampa que le hicieron Agustina con Mónica para ver si se cortaba o no, y ver si es que yo me ponía celoso de verlos.

Entonces me hice el ultra maduro y seguro y le contesté que como me podía poner celoso de verla bailar. Además, yo también estaba con una morena muy guapa, así que no teníamos por qué.

Valentín me dijo que les habíamos caído muy bien y nos querían invitar a una fiesta que tienen con otros huéspedes donde están las villas, que Agustina le diría a Josefine para ver si se animaba o no, que él me anticipaba que era una fiesta con piscina mucho alcohol y algunas drogas suaves, por si eso no iba con nosotros y preferíamos no ir, que podía ser que si Agustina le decía a Josefine no le dijera eso ultimo.

La verdad que no tenemos problemas con el alcohol ni drogas, nosotros de vez en cuando nos fumamos unos pitos de marihuana, así que no consideraba que fuéramos mojigatos en esto.

En eso se terminaron los bailes y todos volvimos a la mesa, Josefine estaba hablando con Agustina y me miraban cuando me acercaba a la mesa. Cuando llegué Josefine me pregunta si quería ir a una fiesta nueva con nuestros nuevos amigos, le dije que, si ella quería si, que fuéramos no más.

Nos intercambiamos números de teléfono y nos fuimos a nuestra habitación a cambiarnos para llevar también trajes de baño.

20 min después estábamos arriba de un carrito de acercamiento con nuestros nuevos amigos yendo a una fiesta con personas que no habíamos visto antes. Todo eso era muy entretenido.

Las villas estaban a 10 min en carrito, un lugar muy lujoso con casas gigantes al estilo Miami.

Llegamos a la casa donde seria la fiesta junto con varios otros huéspedes que al igual que nosotros también iban en carritos.

Antes de entrar tuvimos que pasar por el control de unas recepcionistas que nos entregaban mascaras al estilo Veneciano, nos pedían los celulares y guardaban por parejas en unas cajas de seguridad. Luego pasamos por los guardias, que sin acercarse mucho solo se fijaban si alguien no entregaba su celular.

En una primera habitación dejamos todos lo que no necesitábamos, como carteras de mujer, chaquetas o cualquier cosa que incomodara.

Dante: Voy a andar detrás de ustedes mejor para no hacer el ridículo

Luca: No te preocupes, ahora todos andan muy empaquetados porque están recién llegando, espera unos 30 min y el ambiente se suelta.

Dante: No quiero perderlos de vista porque me va a costar encontrarlos

Luca: Si te perdieras, solo trata de no perder el tiempo conversando con algún viejo aburrido, que aquí está lleno de esos.

Me fije que tenía un poco de razón, miré a mi alrededor y me fije que había muchos hombres mayores de 50, unos acompañados con mujeres de edades parecidas y otros con mujeres muy menores.

Luca era el típico italiano alto, flaco y muy bien vestido. Su mujer igual, una mujer muy guapa, estilizada y que, entre la multitud, más bien de estatura promedio, destacaban mucho.

Le pregunté por la pareja de españoles, que casi no participaban mucho en las conversaciones y solo se les vio más animados cuando se separaron del grupo.

Luca: Ramiro no está en un buen momento, su esposa Gina le descubrió durante el vuelo de avión que tenía una aventura con una amiga en común, así que esta de muerte.

Dante: ¿Habló dormido?

Luca: Se quedó dormido jugando en el celular y ahí Gina lo revisó.

Dante: Que fome por ellos, pero por un momento pensé que no le habíamos caído bien.

Luca: Noo, no te preocupes por eso, si ellos siempre han sido el alma de la fiesta, quienes más hablan, bailan o se desordenan, pero esta vez van a ser Mónica y Agustina las que están más enfiestadas.

Nos largamos a reír y en eso se acercó el grupo entero nuevamente.

No alcance a decirle nada a Josefine cuando se la llevaron Mónica de un brazo y agustina del otro entre risas, Gina las seguía.

Todos los demás tomamos unas copas e hicimos un brindis.

Valentín: Salud amigos, bienvenido Dante, que disfruten la noche, que va a ser una noche diferente.

Todos hicimos salud y nos fuimos a la terraza.

Creo que en esa casa al menos había 70 personas, entre invitados y personas que atendían.

Apenas salimos se nos acercaron unas mulatas en diminutos bikinis, nos tomaron de la mano y llevaron a una pista de baile, como todas eran muy voluptuosas parecía realmente que estaban desnudas.

Ya había perdido totalmente de vista a Josefine, pero pensé que seguro estarían tomando algún trago en el jardín, la pista de baile y piscina estaban de este lado, así que asumí que aparecerían en poco rato.

Por lo mismo es que igual trataba, a diferencia de mis compañeros, de tener las manos tranquilas y no sobre las tetas o el culo de mi acompañante.

Mis compañeros parecía que ya conocían a las chicas, porque se saludaron de besos y tiraron piropos mutuos, en cambio yo seguía sintiéndome extraño ahí.

Nos llevaron a la pista de baile donde se escuchaba Bachata y ahí estuvimos haciendo como que bailábamos, porque realmente las chicas lo que hacían era más bien estar sobando contra nosotros, no era un baile en parejas, más bien era un grupo, porque ellas iban cambiando de pareja a cada rato, pero a cada momento que pasaba se ponía más caliente el ambiente.

Ramiro tomo a una de las chicas, una mujer de piel muy negra, grandes pechos y una cola que parecía operada de tan grande y parada que era. Cuando Ramiro se quitó la polera para entrar a la piscina parecía un viejito al lado de tremenda mujer, que apenas toca el agua se quitó la parte superior del bikini.

Los demás comenzaron a silbar y gritarle bromas a Ramiro, que solo se le ocurrió tomar a la mujer y meter la cara entre sus pechos.

A todo esto, ya habían pasado cerca de 50 min y Josefine no aparecía por ningún lado, Luca se tiene que haber dado cuenta que estaba un poco incomodo y me dijo que, si yo quería, él me acompañaba a ver que estaban haciendo las mujeres nuestras.

Mi primera respuesta fue que no, que no quería molestarlas, que si no parecería un tipo inseguro y que además teníamos buna compañía ahí donde estábamos.

Luca: ¿Estás seguro?

Dante: Si claro, para que vamos a ir a perder el tiempo

Luca: ¿No te da curiosidad saber que hacen nuestras mujeres?

Esa última pregunta me dejo pensando que él tenía que saber algo, en que andaban Jose y las demás, lo primero que se me paso por la cabeza es que estarían en un salón con unos tipos bailándoles, pero después se me pasó por la cabeza la imagen de Ramiro en la piscina con una chica que dejaba que le hicieran lo que quisieran, así que me retracté y le dije a Luca que fuéramos a recorrer la casa y ver que hacen los demás.

Luca iba adelante caminando entre la gente y saludando a casi todos, estaba claro que ya lo conocen.

Entramos a la casa, que era muy grande y de dos pisos abierta en la parte central hasta el techo, y desde el salón central se veía un pasillo que recorría todo el segundo piso, donde estaban las habitaciones.

A medida que íbamos avanzando se me apretaba el estómago solo por la curiosidad y nervios de ver qué cosa estaban haciendo las esposas, pero la verdad solo me importaba en que estaba Josefine.

Por todos lados había gente bailando, eso se había llenado mucho de un momento y como nosotros estábamos afuera no nos dimos cuenta.

Había chicas que vestidas en bikini y otras en toples ofrecían en bandejas tragos y pastillas, que supuse eran anfetaminas, asi que tomé una, pero al preguntar a Luca me dijo que era Éxtasis, traído directamente de Holanda por el anfitrión de la fiesta. Un tipo ruso millonario que nadie sabía a que se dedicaba, creo que por miedo a que dijera que era de la mafia.

Las pastillas tenían a toda la gente bailando juntos todos con todos, no había parejas de baile porque bailabas para cualquier lado, y se podía ver a todos besándose y tocando a diferentes personas. Ya muchos estaban completamente desnudos topando los cuerpos con diferentes personas, lo único que todos mantenían eran las máscaras que tapaban los ojos de todos y desnudos sí que lo hacía más difícil diferenciar a cada persona. Fue otro momento que se me apretó el estómago. Si Josefine estaba en esa multitud, desnuda y rodeada de gente, ¿sería capaz de reconocerla?

Mientras avanzábamos por la casa recibía besos y agarrones de diferentes mujeres que trataban de quitarme la polera y el short.

Entre la multitud la única persona que se podía diferenciar fácilmente era Mónica, que resaltaba por ser la mujer más alta entre todas, bailaba desnuda entre la multitud dejando que todos la tocaran y bailando muy pegada a dos tipos que la tenían abrazada.

Cuando vio a Lucas abrió los brazos y se dieron un beso largo y muy caliente. Luca le pregunto si había visto a Josefine, que yo estaba nervioso y quería saber que estaba haciendo.

Nada más me detuve esperando la respuesta de Mónica y una mujer me abrazo desde la espalda y me tiró la polera hacia arriba para sacarla, así que quedé solo con el short.

Mónica entre su cara de lujuria y ojos idos solo se encoje de hombros y dijo que hace rato que se separaron, pero que estaba junto con Gina, que no me preocupara, que disfrutara la fiesta.

Miré alrededor y en el segundo piso, se veía a varias personas mirando hacia adentro de una de las habitaciones, algunos aplaudían y otros silbando y alentando, eso me llamo la atención y caminé para ver que había ahí.

A medida que avanzaba seguía siendo tocado por muchas manos desde la cabeza hasta la entrepierna, prácticamente me tenía que estar sacando gente de encima hasta llegar al balcón del segundo piso. En todas las puertas de las habitaciones había personas mirando hacia adentro y más gente aun dentro de las mismas. Cuando me acerqué a una vi lo que todos miraban.

En todas las habitaciones había gente teniendo sexo de diferentes formas, y otros muchos mirando y tocándose entre todos. En la primera había una de las chicas del resort acostada desnuda sobre una cama y varias personas tocándola y besando todo su cuerpo, mujeres y hombres se turnaban para alcanzar a tocar algo de la piel de esa chica.

Al momento que me detuve sentí que alguien trataba de tirar mi short hacia abajo, cuando miré, había una mujer arrodillada tratando de sacar mi pene, que en ese momento y por la escena que estaba viendo estaba totalmente parado.

Mi meta no era tener una mamada ahí, tenía la cabeza en encontrar a Josefine, que, si ya no estaba en el patio, terraza o en la sala sentía que podía estar en una de esas habitaciones. Pero ¿en que estaría?, ¿sería una de las personas que estaba solo mirando o sería el centro de las miradas teniendo sexo con alguien?

Se me volvió a apretar el estómago y pude apartar a la mujer que tenía frente a mí. Entré al primer dormitorio y no vi a Josefine ni a Gina.

Mientras más adelante quería avanzar por el pasillo se hacía más difícil, más personas estaban amontonadas en las puertas mirando hacia adentro.

En el segundo dormitorio había varias mujeres, entre huéspedes y chicas del resort sobre la cama en algo que parecía una orgia de lesbianas. Solo mujeres tocando, besando y teniendo sexo con algunos juguetes. Una de las parejas era de dos mujeres contrapuestas en cuatro patas jugando con un dildo doble que metían en su sexo con el movimiento que hacían hacia atrás, esa escena solo la había visto en películas porno, pero ahora era en primer plano y en la realidad. Nuevamente al quedar parado ahí sentí que alguien me abrazaba desde atrás y me trataba de meter la mano en el short, ahí me fije que la mujer anterior me había terminado haciendo un nudo en el cordón al estar tirándolo, entonces no había forma de desatarlo rápido y bajarlo así que me dio tiempo volver a caminar. Entre en la habitación y de nuevo no encontré a Josefine.

Dentro de la habitación había varias parejas teniendo sexo, todos mesclados entre huéspedes y anfitriones del resort, esta lo notaba por el color de piel, la verdad que en lo que llevábamos ahí solo había visto huéspedes de raza blanca o latinos, pero la gente de raza negra eran siempre personas que trabajaban en el lugar.

En un rincón de la habitación había dos parejas teniendo sexo, las mujeres apoyadas con las manos en la pared y los hombres penetrándolas desde atrás casi al mismo ritmo. El detalle, La mujer blanca estaba con un hombre negro y, la mujer negra con el hombre blanco. Me pareció que eran un intercambio de pareja con anfitriones, porque el hombre blanco le decía a la mujer blanca lo bella y caliente que se veía así siendo penetrada por un tipo de piel muy negra, además le iba preguntando si le gustaba lo que estaba sintiendo, porque ella solo gritaba con cada embestida que recibía.

Había más parejas interraciales en la habitación teniendo sexo en el suelo o sobre los muebles, pero no estaba quien estaba buscando.

Me costó un poco salir de ahí, y más todavía avanzar hacia la puerta que tenía a más gente mirando hacia adentro. Me pude acercar, pero no podía mirar al interior, ya en esa parte del pasillo había mucha gente teniendo sexo en el mismo pasillo, en el suelo o de pie, entonces era complicado avanzar.

Una pareja de hombres que estaba un poco más cerca de la puerta mirando, mientras dos mujeres les hacían sendas mamadas, comentaban que primera vez que ven en vivo a una mujer blanca comerse a tantas vergas negras juntas, que además no la habían visto a ella años anteriores.

Eso fue como un cuchillo al estómago, por lo que dijeron podía ser mi mujer ahí dentro teniendo una orgia, porque no era una mujer que habían visto antes en las fiestas, así que tenía que verlo, tenía que asegurarme si era Josefine o no.

Cuando pude acercarme un poco más a la puerta pude ver quien era, no era Josefine, era Gina quien estaba sobre la cama sobre un tipo muy negro que la penetraba por su sexo y otro que la estaba penetrando desde atrás en una doble penetración en un ritmo muy fuerte, otros tipos se ponían de pie frente a ella para que les hiciera una mamada, y cuando ese acababa pasaba otro.

La escena parecía de una película con actores profesionales, por todo lo que aguantaban la mujer y los dos hombres que la estaban penetrando.

Ahí quedé, ya no podía entrar a la habitación porque estaba demasiado llena de mirones y personas teniendo sexo en todos lados, y volví a sentir que me abrazaban desde atrás, pero esta vez como no me podían bajar el short, una mano busco la entrada por debajo, entrando por la salida de una pierna hasta que me tomo el pene. Me di vuelta y vi que era Josefine.

Josefine: ¿Por qué lo tienes tan duro?, ¿que estabas haciendo?

Dante: Te estaba buscando

Josefine: Parece que te calentó la búsqueda porque lo tienes a tope

Dante: He visto gente y sexo por todos lados, sería raro que no lo tuviera duro, jajajajaja

Josefine: Siii, esto se descontroló muy rápido con las drogas que nos dieron

Dante: ¿Y tú dónde estabas?,

Josefine: Por todos lados, ando de voyeur hoy día, jajajaja

Dante: ¿Y a ti no te hizo efecto las pastillas?

Josefine: Tócame y di si estoy caliente o no tanto

Me dijo eso y me dio un beso muy húmedo y profundo, mientras tomaba mi mano y la metió dentro de su bikini. Estaba muy mojada, tanto que tenía empapada la tela de su tanga. Tenía olor a alcohol y marihuana, una mezcla que me encanta.

Le pregunté de donde había sacado para fumar, porque de todos los lados que había visto de la casa, en ninguna parte estaban fumando marihuana.

Me miro con cara de maldad y apuntó a la última habitación en el pasillo, me tomo de la nuca y me tiro hacia ella para darnos otro beso muy húmedo.

Seguíamos parados en la mitad del pasillo, yo tenía mi mano dentro de su tanga y uno de los dedos se lo estaba metiendo de a poco, a ratos fuerte y después lo sacaba para frotar su clítoris hasta que tuve dentro de ella dos dedos, sin importar que estábamos rodeados de extraños, aunque todos estaban en lo mismo.

Al lado nuestro estaba un tipo completamente desnudo que tenía a una chica de color haciéndole sexo oral, al otro lado una mujer muy blanca y rubia que estaba besando y masturbando a un chico de color mientras otro hombre la tenía abrazada por detrás dándole besos en el cuello y le amasaba los pechos.

Dante: Quiero ir a la última habitación

Josefine: ¿Esta seguro?, porque si fumas mucho te podría dar sueño, y quedarte dormido acá no es buena idea.

Me dijo eso ultimo con cara amenazante y se largó a reír, me tomo de la mano y empezamos a caminar hacia la última habitación.

Mientras nos acercábamos a la puerta se podía sentir el olor y ver el humo que salía de ahí dentro, también se veía las luces que salían.

Nos paramos en el marco de la puerta y la quede mirando. ¿Cuánto rato estuviste ahí dentro? Le pregunté. Me contestó que no sabía, porque con la música, luces y la marihuana había perdido un poco la noción del tiempo.

Era una habitación más grande que todas las otras, de unos 200 M2 aproximadamente acondicionada como sala de baile, con luces estroboscópicas, láser, música electrónica muy fuerte y que en el centro del lugar tenia a un hombre de color quemando marihuana en un recipiente de vidrio y repartiendo el humo con un soplador, como los que se usan para quitar hojas de árboles.

Con las luces parpadeando era imposible distinguir claramente a las personas, todos se veían de un tono azul y no se podía ver claramente las caras.

Me tomo de la mano y me llevo hacia el centro de la sala donde nos pusimos a bailar con la música electrónica, y a los pocos minutos Josefine me sacó la polera y comenzó a besarme muy profundo.

Sus manos intentaron desatar el nudo que tenía en el short y no paró hasta que lo consiguió, para poder meter una de sus manos y empezar a masturbarme. Con la otra me tomaba del cuello y me acercaba más a ella para tener un beso todavía más profundo.

Ya sentía el efecto de las pastillas, marihuana y sobre todo de ese ambiente tan caliente que se sentía dentro. Cada movimiento de las manos de Josefine parecía que me harían acabar ahí mismo, pero con lo bien que me conoce, siempre paraba justo antes de que yo terminara.

Mientras ella me tocaba por debajo del short, yo le había subido el bikini para dejar sus dos hermosas tetas al aire y poder tocarlas, ya no importaban las demás personas, éramos nosotros dos aislados de todo.

Con ambas manos junte sus pechos y para poder lamer ambos pezones al mismo tiempo, que es algo que le encanta, me tomaba la cabeza para pegar más mi cara a su cuerpo.

Liberé una de mis manos y la metí bajo su tanga para poder sentir su sexo y lo mojada que estaba, así fue como con facilidad pude meter dentro de ella dos dedos. Josefine bajo una de sus manos para acompañar mi mano y darle el ritmo que ella quería, a momentos suave y luego rápido y más profundo.

Me tomó de los hombros y me empujó hacia abajo, estaba claro que quería sentir mi boca y lengua en su sexo, así que bajé rápidamente y terminé arrodillado en el suelo para tener una posición algo más cómoda.

Con una mano la tenía tomada desde su culo para empujarla hacia mí y la otra mano le había corrido su tanga a un lado y la estaba masturbando al mismo tiempo que lamia su clítoris. Era tanto su placer que sentía como por mi cara corría el líquido que salía de su vagina. Para poder mantener el equilibrio, Josefine tenía las piernas abiertas y me tenía afirmado de los hombros, cada vez que succionaba con más fuerza su clítoris yo sentía como me enterraba las uñas, hasta que en un momento me soltó los hombros, pero no me di cuenta de inmediato, solo hasta que vi que sus piernas se inclinaban un poco hacia atrás que levanté la cabeza para verla.

Josefine estaba en un total éxtasis, mientras yo le estaba dando sexo oral, un hombre se había puesto detrás de ella y le estaba amasando los pechos. Ella en vez de apartarlo, había pasado las manos hacia atrás, para rodear el cuello de él y así mantenerse en pie.

Había visto muchos videos de escenas de este tipo en películas eróticas, pero nunca pensé en vivir algo así.

Josefine se estaba dejando tocar por un desconocido, en un lugar lleno de gente y frente a mí. Pero su cara de excitación era tan sublime que no quise cortar el rollo.

Como ahora su postura era más cómoda para ella, al tener apoyo en la espalda y poder estar más inclinada, levanto una de sus piernas para pasarla por sobre mi hombro y con una de sus manos me empujo para volver a sentir mi boca en su sexo. Así estuvimos uno minutos hasta que ya me ahogaba con el calor que se sentía en el lugar y volví a mirar hacia arriba.

El tipo le seguía tocando ambos pechos y pude ver cómo le daba besos en el cuello e iba subiendo para morder su oreja y algo le hablaba.

En ese momento más gente se acercó a nosotros y ya no tenía mucho espacio ni aire para seguir arrodillado, así que mejor me puse de pie.

Josefine se arregló el bikini, le dio un beso en la mejilla al invitado, me tomó de la mano salimos de la habitación para poder tomar aire.

Al salir me tomó del cuello, me miró a los ojos y me dio otro beso muy profundo y húmedo. Ninguno de los dos mencionó nada de lo que pasó, pero me quedo dando vueltas de que cosa había pasado mientras ella había estado en esa habitación sola, antes de encontrarnos.

Salimos al patio nuevamente, donde estaba la piscina y el yacusi, para tomar unos tragos y refrescarnos, ambos quedamos muy transpirados y necesitábamos aire fresco.

Junto a la piscina estaban Mónica y Luca, la pareja de italianos. Al igual que nosotros habían salido a tomar aire fresco y recobrar fuerzas.

Mónica: Como estas Josefine, te habíamos perdido por un rato, que bueno que ya se encontraron

Josefine: Siii, es que cuando Gina se metió a la habitación y se tiró sobre la cama quedé un poco descolocada, por cómo se dieron las cosas. A los 2 minutos ya estaba rodeada de chicos y ella haciendo sexo oral a todos los que se le ponían en frente, me di vuelta y tú ya no estabas así que preferí salir de ahí.

Mónica: Ramiro se dio cuenta y se enfadó mucho, porque una de las reglas es que no se hace nada por venganza, o se muere el placer, jajajajajajaj

Josefine: Pero a Gina no la vi preocupada de que muera el placer, jajajajajajaj

Luca: Yo necesito refrescarme, voy a los baños por una ducha y me tiro a la piscina, ¿Vienen?

Nos quedamos mirando todos y dijimos casi al mismo tiempo que sí, que era una buena idea.

Seguimos a Luca hasta las regaderas que estaban al borde de la piscina, así poder limpiarnos el sudor, luego buscamos un lugar que estuviera más libre y tuviera asientos disponibles.

Al llegar Luca se quitó toda la ropa y se metió al agua, Mónica hiso lo mismo y nos quedaron mirando desde dentro.

No vienen, nos gritó Mónica.

Sii ya vamos. Con Josefine nos quedamos mirando, encogimos de hombros y, sin decir nada, Josefine se quitó el bikini y tanga para quedar totalmente desnuda. Se veía todavía más bella, con sus pezones todavía muy parados, seguro de la excitación del momento que habíamos tenido minutos antes.

Yo hice lo mismo y nos metimos al agua.

Mónica: Que hermosos pechos tienes Josefine, ¿Puedo tocarlos? Que se ven muy naturales.

Josefine: Es que son naturales, jajajaajaja

Mónica: Nooo, que hermosos, por la forma y el tamaño pensé que tenías implantes.

Josefine: Todavía no, pero estoy pensando en hacer un retoque para que se vean más levantados.

En ese momento Mónica se acercó a Josefine, directamente a tocar sus pechos, pero Josefine no la dejó, rápidamente se hiso a un lado y riendo dijo que le incomodaría sentir que otra mujer la tocara, que no le gustan las mujeres, solo los hombres. Todos nos pusimos a reír y Mónica entendió rápidamente.

Al poco rato Luca y yo nos salimos para quedar sentados al borde de la piscina, con las piernas en el agua, para poder tomar unos tragos que nos había traído Valentín, quien también se sentó junto a nosotros totalmente desnudo.

Cuando le estoy preguntando a Valentín donde estaba, este me topa el brazo y me indica para que mire al otro lado, donde estaba Luca. Mónica se había acercado desde dentro de la piscina y le estaba comiendo el pene a Luca, de una manera muy suave y lenta.

Esa escena hiso que se me volviera a parar a mi y Josefine se acercó sola y comenzó a hacer lo mismo. Con una diferencia, Mónica tenía los ojos cerrados y la mirada hacia abajo, muy concentrada. Josefine en cambio me miraba fijo mientras se lo metía en la boca, viendo mis reacciones a cada parte que estaba chupando y tragando.

Hasta esa vez nunca habíamos estado teniendo sexo tan cerca de otras personas, había sido solo una fantasía, por lo que la escena era muy excitante.

Ya realmente no me importaba lo que pasaba a mi alrededor, solo estaba concentrado en como Josefine me estaba comiendo con muchas ganas, se metía toda hasta el fondo y con las manos tocaba mis bolas y ayudaba a masturbarme al mismo momento que sacaba su boca. Era todo lo que podía querer.

No se cuanto rato paso en esa posición hasta que Jocefine me mira y dice que ahora le toca a ella. Intercambiamos lugares y ahora ella estaba sentada y yo dentro de la piscina.

Me metí entre sus muslos y partí solo pasando mi lengua de arriba abajo, y con mis manos acariciaba sus piernas y subia hasta sus tetas, donde compartía también con sus manos.

Sentía como se iba mojando cada vez más cada vez que pasaba mi lengua y mordía suavemente sus labios.

Supe que le gustaba porque una de sus manos dejó de acariciar sus tetas y me tenia tomado de la cabeza, como tratando de que mi lengua fuera mas profundo dentro de ella.

Con una mano tocaba su clítoris mas mi lengua que entraba y salía de dentro de ella y con la otra tocaba la entrada trasera, mojando mis dedos con sus mismos líquidos para que entraran suaves dentro de su culo.

Creo haber estado varios minutos en esa posición, mientras ella me apretaba contra su sexo. Cuando me pude apartar un poco pude mirar hacia arriba para ver su cara y reacciones Cuando ella me apartó pude ver que nuestros amigos nos miraban todo lo que hacíamos y que se seguían tocando mutuamente, pero mirándonos a nosotros.

Josefine me tomo de la mano y me indico que saliera de la piscina, que estaba muy caliente y quería que le hiciera el amor.

Mientras yo me salía, ella caminaba totalmente desnuda por el borde de la piscina hasta unas reposeras. Durante su camino, varias personas, hombres y mujeres se acercaban a ella y algo le decían al oído, pero ella no reaccionaba, solo seguía caminando hasta llegar a las reposeras y se sentó en la orilla de una.

Cuando me tuvo a su alcance me tomo de las caderas y me acerco a ella, y como estaba sentada a la altura de mi pene, se lo metió directo hasta la garganta. Realmente parecía que la estafa follando por la boca, pero era ella misma quien con sus propias manos me empujaba para llegar lo mas adentro que podía. Intentaba no gemir muy fuerte, para no llamar la atención de tanta gente, pero me di cuenta de que eso no importaba, porque varios ya estaban pendientes de nosotros, pero principalmente, para ver como Josefine me follaba con la boca.

La tome del pelo y le pedí que se detuviera un momento, que no quería acabar así, quería hacerlo dentro de ella.

Saco mi sexo de su boca y se puso de pie. Me dio un beso muy profundo y mojado, un beso de esos calientes que das cuando ya te quieres comer a la otra persona.

Me dijo al oído que si no me gustaba como me chupaba le dijera y no lo volvía a hacer, pero que había muchas personas mirando, así que ella pensaba que lo estaba haciendo bien. Esto mientras que con una mano me masturbaba y con la otra me agarraba una nalga con fuerzas, intentando llegar a la entrada de mi culo con uno de sus dedos.

Le pregunté qué cosas le habían dicho esas personas en el camino a donde estaba ahora, porque lo que dijo antes de salir de la piscina era que me quería sentir dentro de ella. Se acerco a mi oreja y me dijo.

Josefine: ¿Para qué quieres saber?

Dante: Curiosidad

Josefine: Me decían lo rica que soy y otras tonteras

Dante: ¿Qué tonteras?

Josefine: Guarradas, cosas que les gustaría hacerme. Uno me preguntó si podía meter su sexo en mi boca mientras tu me penetrabas, y una de las mujeres preguntó si podía tocarme mientras tú me lo metes.

Dante: ¿Y no te molestó que te dijeran esas cosas?

Josefine: A ti tampoco te molestó parece, porque no se te bajó las ganas.

Terminó de decir eso y se recostó en el camastro, llevándome desde el cuello para quedar sobre ella.

En esa misma posición le hice el amor por alrededor de unos 10 min, mientras ambos gemíamos producto del placer que sentíamos, hasta que ella se giró, quedando en cuatro patas, con las rodillas y manos apoyadas.

Me mira hacia atrás y me dice que ahora si quiere acabar, no da mas, pero que quiere que sea conmigo haciéndolo fuerte desde atrás.

Como ella quería, la tomé de la cintura y comencé a penetrarla muy fuerte, tanto que al chocar nuestros cuerpos sonaba como una nalgada.

Uno de los hombres se acercó con su pene erecto a su cara, con la clara intención que Josefine se lo chupara, pero ella no le tomo asunto y termino en un orgasmo muy fuerte, que hiso que su cuerpo se recogiera, quedando tirada sobre los cojines.

Una mujer se acercó con una toalla y se la dio en la mano, mientras le decía lo bella y excitante que había sido esa escena.

Nos quedamos sentados en el mismo lugar sin decir nada por un rato, hasta que me dice que esta muy cansada y que quiere ir a dormir a nuestra habitación.

Nuestros amigos también dijeron lo mismo, que era hora de ir a descansar para tener un nuevo día igual o mas placentero que el que había pasado.

Al llegar a nuestra habitación caímos rendidos sobre la cama y no supimos nada más hasta el mediodía.

¿Que otras cosas pasarían en los días que quedaban?

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