Había pasado mucho tiempo desde la última vez que hablamos con nuestro amigo Astur.
Tuvimos unas sesiones muy divertidas y excitantes de cibersexo con él donde mi mujer, Luna, se masturbaba con su juguete de 23 cm con un capullo muy parecido al de nuestro amigo.
Y mientras, nuestro amigo se masturbaba con un coño de goma que se compró muy parecido al de mi mujer y que se abría divino al paso de su polla.
En medio de todo esto, tuvimos un hijo y la verdad es que sexualmente nos fuimos apagando.