Estaba deseando encontrarme con mi amigo. Hacía meses que no nos veíamos, pero sentía que nuestra conexión tampoco había disminuido. Nuestra última vez juntas había sido sexo lésbico intenso y me había dejado llena de ganas de más.
Cuando la vi en la puerta, sentí que se me aceleraba el corazón. Estaba tan guapa como la recordaba. Me abrazó y me dio un beso cálido, largo e intenso. Sabía que había algo especial entre nosotros y me mareaba.
La cogí de la mano y la llevé a mi habitación. Me miró a los ojos y me dio otro beso mientras la guiaba.