Me llamo Paulina y lo que voy a relataros ocurrió cuando tenía alrededor de 18 ó 19 años. Tengo un primo de mi misma edad que siempre venía a la playa con mi familia y conmigo. Dormíamos en dormitorios contiguos y a veces nos quedábamos hablando hasta altas horas de la madrugada en la habitación de alguno de los dos, pero nunca había pasado nada entre nosotros. Él era mi mejor amigo y yo igual para él.
Un día estábamos en mi casa, acabábamos de volver de la playa y estábamos rendidos de cansancio. Mi primo se dejó caer en su cama nada más llegar. Debía estar rendido después de pasarse nadando toda la tarde.