Mi hija mayor va a la universidad y es muy atractiva, por lo que siempre tiene pretendientes, a la mayoría los hace amigos.
En una ocasión llevó 2 muchachos a la casa, yo estaba en la cocina a punto de salir a un desayuno, pasa y me los presenta.
Uno de los dos muy guapo, alto, buen cuerpo, manos fuertes y olía delicioso.
Le doy un beso y le digo mucho gusto Lorena y me dice mucho gusto te puedo decir Lore, me dio risa y le dije por supuesto.
Tome una bolsa con presentes que llevaba para mis amigas y me la quita de la mano y me dice yo te ayudo, te acompaño a tu carro, le digo gracias, me fue siguiendo hasta la camioneta.
Me dice de nuevo, mucho gusto y me abraza de la cintura y me da un beso en la mejilla casi en la oreja, volví a oler su perfume delicioso.
Subo a la camioneta y le digo con la mano a dios. Me quedé pensando un poco en sus atenciones y en cómo me tomó por la cintura con todo su brazo me apretó con fuerza.
En la noche llega mi hija y se sienta en la cama donde estábamos mi esposo y yo, platicamos un poco con ella y mi esposo dice voy a la cocina.
Tan pronto sale del cuarto y me dice mi hija, mamá, mi amigo se quedó muy impactado contigo, dice que estás hermosa, yo le dije cálmate está casada y me dijo “¿y tu papá no presta?”, le di un golpe en el hombro y le dije cállate.
Me dejó inquieta mi hija, la verdad estaba guapo y con un cuerpo atlético y olía muy rico, esa noche mi esposo se bajó a mi panochita a lamerla y jugar con su lengua y mi clítoris, la verdad mientras lo hacía estuve pensando en el amigo de mi hija y me vine delicioso.
Ese fin de semana quedaron de salir mi hija y sus amigos, fueron por ella y el amigo de mi hija pasó a saludarme, iba muy arreglado, se veía muy bien y su loción deli, me dice hola Lore, no quieres ir, le dije no gracias me da un beso y sentí como con su mano me agarró las nalgas.
Me quede congelada e hice como que no pasó nada.
Sábado y domingo no pude dejar de pensar en él, cuando lo hacía mi vagina latía y se humedecía bastante, mi esposo fue quien aprovechó esa lubricación extraordinaria y me estuvo cogiendo, yo me venía pensando en ese chavo.
Llegó el lunes, no había nadie en la casa y yo estaba acostada todavía en pijama de shortsito y blusita de tirantes, eran como las 11 y se me vino a la mente el amigo de mi hija, voy por un vibrador para seguir pensando en él y suena el timbre, estaba esperando un paquete y pensé lo van a aventar por arriba del portón, por lo que bajé por él así en la pijamita.
Cuando llego al portón oigo “Lore”, digo, si, (era el amigo de mi hija) y dice, me mandó tu hija por una cosa de la Universidad que se le quedó en la cocina. Le dije ahorita te lo traigo y dice, no yo subo para que no bajes de nuevo.
Me quedé pensando en que estaba con un short muy corto y blusa de tirantes sin sostén, entre pena y que mi panochita se empezó a dilatar y latir, tenía que decidir y abrí la puerta.
Le dije sígueme, iba con mucha pena por qué iba subiendo escaleras en mi shortsito y se me sale media nalga y el detrás, pero pensé, toma el encargo de mi hija y se va.
Cuando llegamos a la cocina solo siento que me abraza por detrás con fuerza pegándome a su cuerpo y mientras siento su verga parada recargada en mi espalda, acerca su boca a mi oído y me dice, Lore no hay nadie y vengo bien caliente, ya no aguanto.
No dije nada, solo empecé a sentir sus manos bajando los tirantes de mi blusa, sacó mis tetas y a dos manos las empezó a acariciar, sentía mis pezones entre sus dedos, su boca desenfrenada en mi cuello y su verga que se empujaba entre mis nalgas aún con ropa.
Yo seguía muda y bajo una de sus manos, agarró mis nalgas firmemente, me dio una nalgada y quitó mi short.
Me volteo, abrió mis piernas y puso un dedo entre los labios de mi vagina.
Sentí la punta de su dedo en mi clítoris, dio algunos círculos y dijo, estás bien lubricadita Lore.
Se sacó la verga, se veía dura con la punta gorda y roja y las venas que parecía que iba a explotar.
Puso la punta en mis labios y clítoris, recorría mi panochita al tiempo que jugaba y lamía mis pechos.
De repente me acostó boca arriba en el desayunador, el de pie, puso mis pies en sus hombros y sentí como se empezó a abrir paso su verga dentro de mi panocha hasta llegar a lo más profundo, por varios minutos salía y entraba con gran ritmo, hasta que sentí un orgasmo gigante, delicioso que contrajo todos los músculos de mi cuerpo, sacó su verga y explotó, caían gotas calientes de su semen en mi vientre, tetas, cara, por todos lados.
Estábamos exhaustos, llenos de sudor y yo no pude decir una sola palabra en todo el encuentro.
Se vistió y me dijo, Lore, te parece bien que empecemos los lunes así, en tu casa no hay nadie y yo no tengo clases. Seguí muda, me reí y se fue.