Ese día me levanté un poco más tarde de lo habitual, al salir de mi habitación escuché la voz de mi madre que dijo: No voltees no traigo ropa, mi instinto fue voltear y pude ver su figura desnuda corriendo hacia su recámara, mi miembro estaba duro y mi pijama poco lo disimulaba, mi madre volteo y sonrió.
Yo apenas estaba despertando, pero esa imagen era sumamente atractiva, lo único que dije fue perdón y me dirigí al baño a orinar, bajé un poco mi pantalón, la saqué y comencé, cerré los ojos y de pronto sentí como una mano tomó mi miembro por na el tallo, de inmediato abrí los ojos y pude ver que era mi madre vestida en ropa interior…