Me masturbo fantaseando con dos amigos

Ya ha pasado un año desde mi viaje a New York donde conocí a Germán, el chico nerd de mi relato en el Airbnb.

Algo que él nunca supo, es que su amigo Juan, (quién fue nuestra conexión para conocernos y encontrarnos), ya me había cogido antes en Caracas, nuestra ciudad. Juan y yo siempre fuimos muy liberales en cuanto al sexo que teníamos. Lo disfrutábamos al máximo y nos deseábamos muchísimo pero nunca pensamos en formalizarnos como relación pues él siempre estuvo de novio con una flaca…

En fin, el punto es que, después de mi gran encuentro con Germán, ideado por Juan, he quedado con la duda de cómo sería tenerlos a los dos exclusivamente para mi placer.

Juan es un moreno alto, con barba, flaco y muy intelectual, sin embargo, su apariencia de chico malo y su voz ronca siempre me han hipnotizado. Incluso fue el primero en hacerme venir a chorros la primera vez que cogimos desenfrenadamente durante horas… Tiene un buen miembro, un poco más grande que el de Germán pero menos grueso.

Así que me he sentado en el sofá de mi sala a imaginarme cómo sería tenerlos a los dos, hablándome sucio mientras me penetran…

Me imagino a mi misma sentada, con un antifaz puesto siendo manoseada por ellos. Mientras que Juan me estimula los pezones, quiero a Germán besándome el cuello y erizándome la piel. Quiero que me hablen y me digan:

– ¿Te gusta así mami? ¿Te gusta tenernos a los dos deseándote ahh?

Quiero que toquen cada centímetro de mi cuerpo hasta el cansancio, hasta tenerme al borde de la excitación, hasta que las gotas de fluidos se deslicen por mi entrepierna de lo mojada que estoy para luego, ponerme de rodillas y ahogar mi boca con sus penes… Uno mediano, grueso y blanco seguido de uno grande, delgado y oscuro…

Mmmm… Comienzo a sentir como me voy estremeciendo poco a poco pensando en estos dos tipos que me han dado unas experiencias sexuales espectaculares y que quisiera unir, algún día, para crear algo el doble de espectacular.

Yo gozaría demasiado teniendo esas dos vergas frente a mí.

Me las llevaría a la boca al mismo tiempo, porque sé que la puedo abrir lo suficiente como para que los dos disfruten de lo mismo. No quiero que uno sienta celos del otro! Jajaja. Me complacería darle el mismo placer a los dos y lamería sus glandes, pasaría mi lengua alrededor mientras que con mis manos siento sus bolas y las acaricio sutilmente. Sin parar.

Qué rico maldita sea, ya me mojé. Comencé a jugar con mi vagina.

Introduje el dedo índice debajo de mi panty y comencé a explorar mi humedad. Mmmm coño, que rico vale! Me digo a mi misma en voz alta mientras que me manoseo las tetas. Me encantan mis pezones, son chiquitos pero redonditos y además, me dan muchísimo placer así que comienzo a estimularlos poco a poco mientras estoy pensando en cómo más podría satisfacer a estos tipos; en mi fantasía pues.

Pienso que, usaría una lencería roja definitivamente. Mi piel bronceada por el sol luciría espléndida en un body de encajes rojo pasión. Y mi coñito?? Ni hablar!! Su color rosa pálido resaltaría al máximo jajaja…

Es que, lo que más me gusta de ambos es que les encanta hablar sucio durante el sexo y eso me descontrola… Me pone mala mala, me vuelve loca y ellos lo han notado.

Entonces, me imagino a Germán hablándome:

– Mámame el guevo mi amor que lo mamas como una Diosa! Dale! Anda! Métetelo todo en la boca! Chupamelo asi rico.

Y por otro lado a Juan susurrándome con su voz ronca y gruesa:

– Eres mi perra verdad? Dime que eres mi perrita! Quieres que te lo meta? Pídemelo! Pídeme que te meta este guevo. Mira la erección que me provocas!

Me comienzo a morder los labios y a reir sola porque ajá… Jajaja si ellos supieran que estoy fantaseando con ellos y que de paso, lo estoy escribiendo… No sé, pensarían que soy una loca del sexo.

Y si, lo soy.

Me encanta el placer y disfrutar.

Así que de una! Ya estoy preparada para sentir mi clítoris que sé que se está hinchando y comienzo a darle pequeños toques, a rodearlo con mis dedos, a sentirlo poco a poco.

Me imagino a Juan parado frente a mí, introduciendo sus dedos en mi cosita húmeda por toda la situación y comienzo a meter mis dedos en mi vagina para hacerme venir. La imagen de su cara me provoca más y más excitación. Ese moreno siempre me sonreía cuando cogíamos.

Desearía poder tenerlos conmigo para por fin sentir una doble penetración. Ellos serían los ideales para hacerlo! Tenemos confianza, ya hemos disfrutado de nuestros cuerpos juntos y nos encanta el morbo. Pero por ahora, tengo que conformarme con mi imaginación.

Así que me pongo en 4 en el mueble y comienzo a estimular mi vagina con una mano y mi ano con la otra. No sin antes llenar de saliva mis dedos para introducirlos con más facilidad.

Como desearía que Germán me penetrara el coñito y Juan me lo metiera por el culo!

Ahhh! Solté un gemido después de meterme el dedo índice en el culo mientras que le daba movimientos circulares a mi clítoris con el pulgar. Y así comencé a estimularme a mi misma con mis dedos, sacándolos y metiéndolos una y otra vez… Hasta que de tanto repetirme frases sucias dichas por estos tipos en mi imaginación, llegó el momento de mi orgasmo. Ufff…

Caí boca abajo en el mueble, jadeando y chorreando fluidos.

La explosión fue completamente satisfactoria, tenía sus voces dándome vueltas en la mente… Mmmm… Qué rico desearlos… Ojalá pudiese tenerlos juntos ya mismo para mostrarles lo que han provocado en mí.

Pero no, en realidad, solo puedo recordar y fantasear.

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