Creo que todos o todas, al menos la gran mayoría tenemos la clásica prima envidiosa, o de malas vibras, en otros modismos mala leche.
En mi caso si existe, quizás este tipo de comportamiento es medio comprensible cuando estamos en la niñez o adolescencia, pero cuando ya estás a mitad de los treinta y estar de mala onda con una chica de apenas esperando sus diecinueve, bueno eso deja mucho que desear de tu personalidad, autoestima o madurez.