Me llamo Gladys. Tengo 38 años, casada. Muy buen físico, muy atlético. Impulsada por mis amigas, concurrí a un Ginecólogo especialista en rejuvenecimiento vaginal. Eran las 19.40 cuando ingresé a su consultorio. Expuse mi inquietud, me hizo sacar mi pollera y braga. Recostandome en la camilla. Ubicó mis piernas sobre el soporte e inicio la revisión de mi vagina. Me explico, que tendría que abrir mi vagina para examinar, y yo lo podría ver en el monitor ubicado frente a mi, ya que utilizaría una videocámara. Sentí sus dedos separando mis labios vaginales, lo podía visualizar en el monitor, sentí la apertura y sus dedos auscultando mi vagina. Me explicó, que se veía mi desfloración, los colgajos de himen. Acotó que habían dos desfloraciones, una más vieja, con apertura pequeña y otra más reciente, con la rotura total del himen, que llegaba al borde superior e
inferior de la vagina, notando una leve rajadura del borde inferior. Estaba loquito tu marido, me dijo. No fue el, le comenté. Ocurrió en la casa de una amiga, ella invitó a dos amigos, simpatice con uno de ellos. Mi amiga salió a comprar bebidas y quedé sola con Hernán. El comenzó a coquetearme, yo vestía un top deportivo sin corpiño, se notaba que mi pezón se había puesto duro, el lo notó, tenía 40 años, mucha experiencia, se acercó a mi, pasó su mano sobre mi top, acariciando el pezón…me hizo temblar, no sé si era miedo o calentura, no me dejó reaccionar, me beso. Me abrazó y me dijo, acá hay luz, tenés vergüenza, y me llevó al living, dejó un poco entreabierta la puerta, había apenas un hilo de luz. No reaccioné, me sacó el top, besó mis pechos, sus
dedos corrieron mi tanga y acariciaban mi vagina. desabrochó su pantalón, tomo mi mano y me hizo tocar su pene…era duro, grueso y largo… inmenso, mi vagina chorreaba, mezcla de miedo y excitación. Me desnudó totalmente, y me puso en un sofá chico… sentí su lengua en mi coño, chorros de leche entraron en su boca. Puso mis pies sobre sus hombros y fregaba su pene en mi vagina. Sin dudas, no entraba. El empujaba y yo me corría. Me llevó al sofá largo, se acostó de espaldas y me hizo montarlo. La puntita de su pene en mi vagina, un vaivén loco, espero mi próximo orgasmo, me tomó de la cintura y me penetró… grité, llore…el me hizo girar sin sacarla, y arriba mío me penetró muy profundo, como nadie, sentía que su pene abría mi coño, entraba y salía justo. Creo que estuvo una hora dentro mío. Cuando volvió mi amiga, el ya había descargado su semen
dentro mío, mi amiga prendió la luz, el retiró su miembro, de mi abierto y lastimado coño, chorreaban semen y sangre. Así paso doctor…El médico comenzó a tocarme el clítoris, me arrancó un gemido. Se sacó los guantes, apagó el monitor. Me bajó de la camilla, me desnudó totalmente, me recosto en su escritorio y lengueteo mi coño, me vine en su boca. Me acomodó al borde del escritorio y me penetró, el grosor de su pene me hizo gemir. Me dijo: La otra era más grande y te la comiste toda. Está es gruesa, la vas a gozar y guardar nuestro secreto. tres veces al mes voy al ginecólogo. No me rejuveneció la vagina…me la agrandó…