Me llamo Sandra, llevo felizmente casada con mi marido 6 años y aunque somos una pareja joven 35 y 36 años nuestro matrimonio había entrado en un periodo de rutina. Creo que una buena parte de culpa es mía, porque mi marido si se esfuerza en sorprenderme y buscarme sexualmente, pero por mucho que se esfuerce no consigo verlo con la pasión de antes.
Sigo queriéndolo con locura pero llevo un tiempo donde la pasión ha desaparecido. Estando en esa situación, hace unos meses, a la salida del trabajo de camino al tren, me encontré con Alex, un antiguo novio de la universidad que había estado viviendo en el extranjero y que ahora había vuelto a la ciudad.