Mi hermano Juan se estaba duchando después de llegar a casa del colegio cuando escuchó que se abría la puerta del baño. Era yo.
Él había tenido mil veces la fantasía de ducharse conmigo, de ponerme el grifo del agua caliente en el coño y conseguir mi orgasmo sobándome las tetas.
Él trató de mirar a través del vidrio esmerilado de las puertas de la ducha, pero el champú le corrió por la cara y le entró en los ojos. Ser restregó con las manos mientras metía la cara bajo el chorro de agua, enjuagándose en un intento de lavar el jabón..