Una rica puta en los festejos del mundial de Argentina

A mis 20 años me considero bisexual. Tuve experiencias con un par de chicas que me gustaron mucho, pero mi primera vez fue con un chico del barrio y a partir de ahí supe el placer que me podía dar una buena pija. Todas las fantasías se volvieron realidad. Luego de estar con ese chico, estuve con uno que conocí en un pub gay y luego un breve romance con un hombre de más de 40 que me enseñó a disfrutar del sexo entre chicos. Fue una relación oculta, nadie sabe de mis deseos sexuales. Nos encontrábamos en su casa o en hoteles. Él me regaló mi primera depilación completa y luego me pidió que usara tanguitas, medias, sostenes. Encontró en mi alguien que le podía cumplir sus fantasías y me encantó ese juego de feminizarme. Después de romper con él a principios de este año, continuó mi gusto por usar tanguitas y estar siempre depilado. Me encanta el roce de esas prendas entre mis nalgas, me calienta recordar cuando me hacía poner en cuatro, me corría la tela antes de penetrarme.

Leer más

Compartiendo la novia de mi ex

Más de dos años y medio de relación pasan factura. Nos conocimos como se conocen ahora la mayoría, por una app. Todo fue genial, no fue el primero, pero ahora sé que fue mi gran amor.

Con 24 años en ese momento yo vivía con mis padres. Él con 29 ya tenía su propio piso. Por lo que enseguida comencé a pasar allí la mayoría de los días y a los pocos meses ya vivíamos juntos.

Todo era perfecto. Una relación idílica. Roberto era un hombre increíble. Terminé mis estudios y comencé a trabajar. En la cama… bueno era genial. Creo que fue lo que me hizo enamorarme de esa manera. Había encontrado a un hombre que no sólo era buen amante, también era morboso y sin miedo a probar cosas. Era la primera vez que hablaba con alguien de sexo como quien habla del tiempo. Algo impensable comparado con las anteriores relaciones.

Leer más

Enseñando a mis sobrinos

Luna llena, primer mes del año, una noche algo fresca que invita a prender una hoguera dónde quemar pasiones, placeres, perversiones y cruzar el acostumbrado camino de nuestro estilo de vivir como pareja pervertida que somos.

Imanol: «Hoy no saldremos de casa, te voy a preparar una deliciosa cena,. Ve y cámbiate, ponte un vestido corto y unos zapatos de esos que me encienden de como se te ven tus piernas, de esos de tacon de estilete y correa que se amarra a tus tobillos.»

Shalimar: y no me pondré ni BRA ni chones, verdad?

Leer más

Él día que María se inicia en el BDSM

María llevaba unos meses sintiendo que en su vida sexual le faltaba algo de chispa, de pasión. Pero no solo sentía que le faltaba algo desde un plano físico sino mental. No sabía que era. Pero justo un día que estaba viendo cosas por Internet leyó artículos y blogs sobre BDSM. Vio que no era algo que pensaba. No era algo oscuro como ella se había imaginado sino algo que podía ser muy estimulante.

Sobre todo, cuando leyó el blog de una mujer le llegó lo que contaba. Porque incidía no solo en la parte física sino en la mental aparte que parecía una persona protectora y fiable con lo que la escribió. Al de unos días recibió una respuesta citándola en una cafetería para tomar un café.

Leer más

Como me encanta ser esclava sexual

Oí las llaves en la puerta y sentí la oleada de humedad en mi coño. David está en casa con Katie. Se ríe cuando se abre la puerta y me ve arrodillada con una mordaza en la boca y nada puesto excepto un cinturón de castidad de acero. David se acerca y me quita la mordaza de la boca, y acaricia mi cabeza, acariciando mi cabello.

«¿Has sido una buena chica?» – pregunta.

«Sí, señor.» Yo respondo.

«¿Estás emocionada por tu recompensa?»- continua.

Leer más

Me follé a mi cuñado

Mi nombre es Sandra, soy una mujer normal de contextura delgada, cabello largo y liso, ojos negros, de labios provocativos y sexis, senos un poco grandes y muy duritos, trasero redondito, firme, durito y muy bien paradito, mis piernas son largas, torneaditas y suaves al igual que el resto de mi piel, me considero hermosa, que cualquier tío le gustaría echarme mano, me mantengo en buena forma pues todas las mañanas voy a gym y me gusta hacer aeróbicos con frecuencia, es decir estoy como quiero, tengo 25 años y hace 2 años me case con Carlos, él es un ejecutivo gerente de área de Ventas, tiene 30 años, buen cuerpo y rostro varonil, llevamos una vida de pareja digamos normal. Vivimos en un apartamento en el tercer piso con una vista muy linda.

Leer más

Mi sobrino se queda en casa

Me llamo María y quiero relatarles la relación que tengo con un sobrino. Es una historia real que cambió por completo mi modo de pensar acerca del sexo. Los nombres propios los cambié por razones obvias.

Tengo 44 años, soltera, mido 1.70 de estatura, cabello negro un poco largo, pero siempre lo llevo recogido, labios carnosos, uso gafas y la verdad poco atractiva de cara. Mis senos son algo más que medianos, pero firmes, soy caderona y abultada de nalgas lo que hace que mi cuerpo sea interesante y que los hombres volteen a mírame con algo de lujuria, cosa que no pasa desapercibida por mí pero que me tiene sin cuidado, porque ahora lo puedo lucir y vanagloriarme de que este cuerpo ha gozado.

Leer más