Pagué caro mi infidelidad

Mi nombre es Carlos y tengo 38 años y mi mujer tiene 35, tenemos 9 años de vivir juntos y me gustaría contarles que mi mujer de piel blanca, con una estatura promedio, tiene unas tetas muy grandes y un culo enorme, pero hace seis meses la engañé con una amiga del trabajo y mi mujer se dio cuenta.

Nuestra relación casi se termina, pero hablamos y tuve que pedirle perdón y ella aceptó. Pero hace dos meses, en una ocasión que estábamos haciendo el amor ella me dijo que no lo había olvidado y que quizá algún día me lo haría pagar, algo a no le puse atención.

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Sexo salvaje con mi profesor de gimnasia

Encontré su nombre y su número de celular en el parabrisas del auto, con la palabra “PERDÓN” en mayúsculas. La puta madre, pensé, mientras buscaba el golpe. Y ahí estaba, en la parte trasera, del lado del acompañante. La abolladura no era importante, pero el hecho de tener que lidiar con seguros y esas cosas me secaba la concha de manera extraordinaria. O al menos eso sentí en ese instante. Qué bueno que me equivoqué. Metí el papel en la cartera, subí al auto y me propuse llorar durante al menos cinco minutos. Me

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Mi amigo se garchó a mi novia

Mi nombre es Marcos, tengo 22 años y hace 8 meses me fui a vivir con mi ex novia de 21 años a un departamento y digo ex novia porque ahora le anda comiendo el pito a un compañero de trabajo.

Seguramente llamar a Pablo (33 años) fue una de mis peores decisiones en la vida, si me hubiera imaginado que se calentaría al ver a una rubiecita con un par de buenas tetas nunca lo hubiera llamado para que me ayudase a subir los muebles a mi departamento, los hubiera subido yo mismo. También cabe decir que mi ex novia le siguió su jueguito erótico y yo se lo permití porque me calentaba que ella sea manoseada por él.

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Tomy y su madre culona

Era de mañana en la casa de los Smith, una familia típica de los suburbios, que constaba de 3 personas.

En primer lugar el padre, su nombre es Jacob, es la representación perfecta al estereotipo norte-americano, un hombre de 45 años, piel blanca, su altura es de 1,78, pelo café aunque ahora mismo no es que tenga mucho (calvo), ojos negros, tiene un rostro muy bien esculpido (uno jamás diría que era feo), pero con un físico que no es de lo mejor que digamos, debido a las horas y horas que se la pasa metido en su trabajo, descuido bastante este aspecto de su persona, dejándolo como un gordo más del montón, sin embargo, eso no le quitaba el porte autoritario que tenía en su trabajo. Un ingeniero respetado en la empresa.

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El jefe de mi esposo quiere cogerme

Tengo que confesar que tengo una pequeña obsesión por todo lo prohibido, pero bueno espero que tu como buen lector no le cuentes a mi marido.

Hace unos días el jefe de mi marido nos invitó a ambos a una pequeña fiesta navideña privada en su casa. Obviamente ambos asistimos, creo que ha sido la fiesta mas rica a la que asistí este año.

Llegamos alrededor de las 9 de la noche y para sorpresa mía solo estaban el jefe de marido y su mujer, al llegar salude de inmediato a su esposa y el jefe de marido estaba detrás de ella mirándome de una manera muy poco respetuosa, algo que entendí pues aparte de que soy una mujer muy atractiva, esa noche estaba vestida muy sensual, traía un pequeño vestido negro sin nada debajo ni siquiera el tanga por lo que mi culo rebotaba cada vez que daba un paso, un pronunciado escote, mi pelo negro corto, lacio y suelto que hacía que mi piel blanca se viera espectacular.

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Infiel a mi novio con extranjero de una verga enorme

Después de aquella experiencia con esos cuatro sementales venezolanos, mi vida cambió, la relación con mi novio ya no me satisfacía, no era mal amante, pero le faltaba esa pasión, esa creatividad, esa forma de moverse tan candente y esa profundidad, eso era realmente coger, con mi novio era simplemente sexo, extrañaba esa tremenda cogida que me habían dado esos machos, pero no me atrevía a buscarlos nuevamente, me sentía culpable con mi novio e intentaba que todo regresara a la normalidad.

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Quitandole la virginidad a mi hija

Soy padre soltero, siempre he sido la confidente de mi hija, pero al crecer se le hizo más difícil contarme sus cosas.

Mi hija Camila tiene 19 años, es una chica de 1.62 m, delgada, con cabello largo y ondulado de color negro azabache, piel trigueña y con lentes ovalados. Con un carácter muy alegre y jovial. Usando mucho el sarcasmo, con una voz muy tierna. Su hobbie favorito es patinar, por lo que tiene movimientos gráciles, con piernas torneadas y firmes.

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