Nuestra primera noche en un club swinger

Esta es la historia de la primera vez que visitamos un club swinger con mi esposa.

Aquella noche nos entregamos por completo: tríos, intercambios, orgías y todo tipo de excesos calientes.

Todo empezó alrededor de las 23 h, cuando nos dimos de una ducha de a tres (mi esposa, otra mujer y yo), nos enjabonábamos, besábamos y tocábamos intensamente (esa historia la contaré en otro momento).

Después de esa ducha ardiente, mi esposa comenzó a vestirse. Se puso una tanga diminuta que apenas cubría su concha recién depilada, tan suave y provocativa que parecía pedir ser lamida. El hilo que se perdía entre sus nalgas; luego, un short negro tan corto que apenas le tapaba las nalgas, y una remera de red que dejaba sus tetas prácticamente al descubierto con los pezones duros marcándose.

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Follando con mi vecino Carlos

Este relato lo escribe mi esposita putita.

Soy una mujer de 30 años, felizmente casada con dos hijas pequeñas, vivimos en Facatativá, soy de 1.75 metros de estatura, blanca, cabello corto color negro azabache, tengo unas tetas medianas 34B muy firmes con pezones rosados grandes para morderlos, unas piernas torneadas y un culo muy apetecible, todos me lo miran al pasar.

Sexualmente soy muy activa, con mi esposo follamos todos los días, comida de chocho o un 69 espectacular, penetración anal y por el chocho en la noche y en la mañana. Mi esposo de 1.8 metros de estatura, 33 años, complexión atlética por naturaleza, cabello negro, tiene un pene de 23 cm, grueso con diámetro de 4.5 cm lleno de venas, me fascina mamárselo, trabaja en Bogotá, debido al alto flujo vehicular por esta vía, se decidió que mi esposo viviría en la capital, los viernes por la noche llega a casa y lunes muy temprano viaja hacia la ciudad y así todas las semanas.

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Mi esposa se cogió a nuestro vecino

Que tal a todos, soy nuevo en esto, he estado leyendo muchos relatos y me hicieron ver que no soy un enfermo sexual jaja, bueno les contaré mi relato.

Les describiré a mi esposa primero ya que mi relato es sobre ella, entonces para que se hagan una idea, ella es una mujer guapa, chaparrita de 1.56 aproximadamente, tiene una cara muy finita de piel blanca, bubis ni pequeñas ni grandes, medianas, unos pezones casi rositas y se paran tan rico, una cintura muy marcada, con una cadera acorde a unas piernotas, y lo mejor de lo mejor son sus nalgas grandes, carnudas, paradas como colita de pato que me vuelve loco, ¡desde que la conozco a usado siempre tanga o cacheteros!

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Mi marido jamás lo supo

Soy una mujer corriente de 30 años, estaba felizmente casada y mi vida no era diferente a cualquier mujer. Desde hacía unos años, mi trabajo en un colegio me había permitido vivir junto a mi marido, al que amo sobre todas las cosas. Desde hace unos años, Simón y Marta, compañeros de trabajo, se habían convertido en mi más íntimo grupo de amistades; en especial Simón, con el que había surgido una química especial, aunque lejos de lo que se pueda pensar.

Aquel día Simón no vino a trabajar, se había pedido el día, me avisó el día anterior, nada inusual. Como cualquier día normal, hice lo que tenía planeado con los niños, al mediodía comí con los compañeros y después fui a la biblioteca del colegio, necesitaba terminar unos trabajos antes de salir a tomar el café. Mientras colgaba en el corcho unos dibujos infantiles, vi como Simón entraba por la puerta y la cerraba.

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Yendo dominado por mi prima

Les voy a contar la historia de cómo mi prima me hizo su esclavo. Ella es blanca, alta de cabello largo y negro, tiene unos pies hermosos dignos de una diosa como ella y una pintura blanca que me hace babear.

Un día fuimos a la playa y ella fue con unos zapatos y luego se los quitó y dejo los zapatos en el carro junto con las medias, yo aproveché y dije que me iba a cambiar en el carro y entro y cierro y agarro una media y la empiezo a oler y luego a chupar, y me masturbo. Cuando acabo guardo la media para más tarde.

Pasamos el día en la playa, ella me montaba los pies en las piernas, pero todo normal, un jugueteo entre primos, hasta que nos íbamos que me dijo que no conseguía su media y la empezamos a buscar, claro no le iba a decir que la tenía yo.

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Primera vez con mi mamá

Hola, que tal, mi nombre es Jorge y tengo 31 años y mi mamá se llama Gabriela y tiene 51 años que para su edad aún está muy bien conservada.

El día que tuvimos nuestra primera vez fue una que me iba hacia su casa (ya que vivimos en diferentes domicilios) y no le avise que iba a llegar por lo cual le llegaba de sorpresa pero cual fue el resultado, que la sorpresa era para mí.

Aquel día llegue sin hacer ruido abrí muy suavemente la puerta de la cochera y me dirigí hacia la puerta principal de la casa, cuando estaba en la puerta introducir muy suavemente la llave para no hacer ruido, cuando logre entrar cerré la puerta lo más silencioso que se pudiera.

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Mi amiga lesbiana y su novia

Nunca pensé que el mensaje de Anita esa noche me cambiaría tanto las cosas.

“Che, ¿qué hacés esta noche? Euge y yo estamos tomando algo. Si te pintan unas birras, venite…”

Nada fuera de lo normal. Habíamos salido los tres varias veces. Euge, su novia, era intensa, de mirada filosa y sonrisa pícara. Siempre me había parecido increíble. Morena, tatuada, con ese aire desafiante que te hace dudar si querés hablarle o que te hable ella primero. Sabía que era lesbiana de toda la vida, pero cada vez que me miraba más de la cuenta, me costaba no imaginar cosas.

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