Esa noche de agosto del 2021 ni tenía ganas de fiesta. Pero algo pasó.
Helena, mi hermana, había armado todo en casa e invitó a su grupito, entre ellos al pelotudo de Lucas.
Lo había visto mil veces chamuyándola. Ella no le daba bola, pero ahí estaba, prendido.
Yo me fui a dormir temprano, no estaba para nadie.