Al día siguiente Joaquín volvió a llamarme y aunque deseaba volver a ser suya sentí que debía tomarme las cosas con calma. Ese hombre se estaba obsesionando, pensé, lo mejor era mantenerlo a cierta distancia, que fuera yo quien marcara las pautas.
Le dije que no podía, que estaría ocupada, no recuerdo bien ni qué excusas le puse pero que la semana siguiente me llamara.
Me arrepentí. Le hubiese dicho que sí y lo extrañé esos días pero también pensé que era lo mejor, por muy perra que soy debo darme mi espacio y mi tiempo para otras cosas, sé que él esperaría el momento.