Mi madre me da la mejor chupada del mundo

Ese día me levanté un poco más tarde de lo habitual, al salir de mi habitación escuché la voz de mi madre que dijo: No voltees no traigo ropa, mi instinto fue voltear y pude ver su figura desnuda corriendo hacia su recámara, mi miembro estaba duro y mi pijama poco lo disimulaba, mi madre volteo y sonrió.

Yo apenas estaba despertando, pero esa imagen era sumamente atractiva, lo único que dije fue perdón y me dirigí al baño a orinar, bajé un poco mi pantalón, la saqué y comencé, cerré los ojos y de pronto sentí como una mano tomó mi miembro por na el tallo, de inmediato abrí los ojos y pude ver que era mi madre vestida en ropa interior…

Mira nada más… ¿esto fue por mi culpa? pregunto.

En parte era cierto, pero la verdad era porque me acababa de levantar, yo solo asentí.

Tan pronto terminé de orinar mi madre comenzó a jugármela un poco y mi pene lejos de bajar su firmeza se mantuvo como a un principio…

¡Ay hijito! Que buena la tienes, es una pena que te gusten los hombres, porque con esto, mientras la apretaba aún poco, harías a cualquier mujer muy feliz, yo sonreí y le di un beso en la frente.

Ella me miró a los ojos y sin más me beso en los labios, yo respondí el beso y así tomado de la verga me llevó hasta la sala, me sentó en el sillón, se quitó el sostén y dejo sus senos al aire…

Mi corazón latía a mil, ahí estaba yo con mi madre con el torso desnudo y mi miembro apuntando al cielo, ella tomó mis manos y la puso en los costados de sus pantaletas, bájalas me dijo… yo obedientemente lo hice y ante mis ojos vi el monte de venus más hermoso que hubiera visto en toda mi vida adornado por un diminuto triángulo de vello muy bien recortado.

Ella se acercó, puso una pierna sobre el brazo del sillón y me dijo…

Anda chúpamela…

Jamás había chupado una, pero la naturaleza me ayudó y la punta de mi lengua comenzó a recorrer sus labios hasta que su clitoris comenzó a sobre salir…

Ella respiraba cada vez más rápido y sin decir más dio un paso atrás…

Tomó un cojín del sillón, lo puso sobre el piso frente a mi, me abrió las piernas y sin dejar de mirarme se arrodilló, abrió su boca y lentamente fue metiéndose mi verga en la boca hasta hacerla desaparecer por completo…

Yo pude sentir como la cabeza de mi pene choco con su garganta y comenzó a chuparla, la recorría toda con sus labios, mientras con la lengua hacia círculos en torno a ella… Mónica era una experta pues la topar sus labios con la aureola de mi glande ella lo apretaba aún poco más y volvía a metérsela toda, su lengua jugaba con el frenillo y mi cuerpo poco podía resistirse…

Por instinto la tomé por la cabeza para retirarla, pero ella aprovechó para seguir chupándola una y otra y otra vez…

era imposible negarse al placer de sentir como me la chupaba y así sin pensar que era mi propia madre cedí y comencé a guiar sus movimientos, cada vez lo hacía más fuerte y al parecer eso la calentaba pues lejos de resistirse se dejaba manipular, mis testículos se estrellaban en su barba, mi monte lo hacía con su nariz, en eso pude sentir como mi una gota brotó de mi interior avisando que me vendría…

Mamá me voy a venir…

Al decir esto ella me sonrió con la mirada, tomó mis manos y las llevó hasta sus tetas, puso mis dedos aprisionando sus pezones y me hizo jalarlos como si la comenzara a ordeñar, entre más jalaba ella más me la chupaba, yo seguí y de pronto…

Un zumbido se agolpó en mis oídos…

Sentí como una lefa salió de golpe, ella cerró los ojos y pegó sus labios hasta mi monte, una segunda salió, una tercera… y ella no dejó de mirarme…

Cuanto mi miembro comenzó a debilitarse ella lo tomó por la base y como si lo exprimiera lo fue recorriendo acompañada de sus labios hasta llegar a la cabeza.

Al sacarlo una gota de semen se asomó en la punta, ella tragó los restos de mi leche los paladeó saco la lengua y con la punta tomó la gota para después introducir su lengua en mi boca…

Mi semen era delicioso, más dulce que salino…

Mónica me guiñó el ojo, se vistió lentamente con su coordinado, se acomodó el cabello, resopló y dijo…

Anda Dinnie que ya vas tarde, ¡Ándale hijito! Yo me levante me dirigí a la regadera abrí la llave y cuando estuvo caliente el agua me metí por mi cabeza pasaban todo tipo de pensamientos, en el fondo era yo quien deseaba chupar una buena verga, pero… en eso entró ella ya arreglada para salir corrió la cortina del baño, me dio un beso de despedida en los labios y dijo…

Como fuera, no creo llegar a tiempo para comer juntos, yo asentí, se dio la vuelta y contoneando sus hermosas nalgas se retiró, antes de salir volteó y dijo:

Gracias por mi proteína, me guiñó el ojo y cerró…

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