Estábamos los cuatro en sala, mi marido y yo y sentados e enfrente sus dos amigos, uno de ellos miraba descaradamente mis piernas a pesar de yo hacía intentos por bajarme la falda, pero la posición en que estaba sentada hacía que esta se me subiera y mostrara mis blancos muslos, para esas horas mi marido ya estaba bien borracho y no se daba cuenta de las insinuaciones que el Licenciado Martínez me hacía, yo, aunque menos embriagada que ello también sentía los estragos de la bebida ingerida y cada vez dejaba que mi corta falda mostrara mas de mis piernas, en un momento dado el Lic. Martínez me pidió que le mostrara donde estaba el baño y lo acompañe, al llegar a este, él se metió dejando deliberadamente abierta la puerta y sin mas se saco su miembro para orinar, quise retirarme de ahí pero la curiosidad me gano y me quede viendo
como el Licenciado orinaba, vi su miembro y él a propósito lo sacudía para que viera lo grande y grueso que lo tenía, aún en estado de flacidez era un hermoso ejemplar masculino y sobre todo grande, grandísimo, termino y volvimos a la sala donde mi marido se había quedado dormido, fui hacia la cocina a prepara café y cuando lo hacía sentí al Licenciado Martínez que pegado en mi trasero restregaba su patente y dura erección.
-¡Oh, por favor Licenciado , no¡ ¿Qué hace?, ¡yo soy una señora casada y decente y usted es amigo de mi esposo, por favor déjeme, no, esto no esta bien, aahhh¡- le decía aunque instintivamente empecé a para mis nalgas para sentir su erección.
-¡Señora, es que no puedo aguantar mas, esta usted bien rica, toda la noche he estado viendo sus piernotas y mire como me tiene, ahhh¡- y al decir esto me pegó mas su duro miembro haciendo que yo moviera las nalgas para acomodar su palote entre ella.
-¡Por favor Licenciado, déjeme, ahhhhhh, no sea malo conmigo, no me haga pecar, aahhhhhh¡-, le dije mientras me retiraba de ahí, si hubiera seguido un poco más, ahí mismo le hubiera dado las nalgas, llevé el café y les dije que me iba a dormir, mi marido apenas si contesto y me retire a mi cuarto, en cuanto caí en la cama me quede dormida, no supe cuanto tiempo paso pero me despertaron unas caricias en mis piernas que iban subiendo hasta llegar a mi panochita apenas cubierta por mi calzoncito, adormilada me deje hacer ya que esas caricias me gustaban, sentí que mis calzones eran bajados por mis piernas y creyendo entre sueños que era mi marido hasta levante la cadera para facilitar que me los bajaran, ya sin ellos sentí una boca que besaba mi ardiente papayita y estimulaba deliciosamente mi clítoris haciéndome abrir la piernas y gemir incontrolablemente, cuando mis piernas fueron separadas y él me jalo hacia la orilla de la cama para colocarse entre ellas y poner la punta de su miembro en la babeante entrada de mi puchita, entreabrí mis ojos y vi que no era mi marido, era el Licenciado Martínez quien se disponía a meterme su vergota.
-¡No,no, por favor, no me la meta Licenciado, no me vaya a perjudicar, se lo ruego, no me la meta, yo soy decente, no,no,aaaaahhhhhhhhh, como será ya me la metió toda, aahhhhhhhhhhh¡-, solo gemí al sentirme completamente ensartada por esa enorme vergota, aunque me resistía, lo mojado de mi panocha ayudo a que esa cosota se me fuera como agua, después cuando él comenzó a meter y sacar su verga de mi abierta panocha inconscientemente me empecé a mover al ritmo que mi nuevo picador me imponía,-¡Licenciado, ya por favor, ya, me esta haciendo venir una y otra vez,aaaahhh, por favor, termine, aaaaaahhhhhhhh, mi marido no va ha encontrar así,aaahhhhhh¡-, dije yo cuando de reojo vi que alguien entraba a la habitación, él Licenciado no me presto atención y siguió metiéndome su enorme macana sacándome orgasmo tras orgasmo que yo anunciaba con escandalosos gritos, -¡Aaaaaahhhhhhhh, me vengo, me estoy vaciando en su
chile Licenciado, aaaahhhhhhhhhh, ya, ya por favor, me va a matar, aaaaaaaahhhhhhhh¡-, gritaba yo sin control ya que en verdad me venía una y otra vez , mojando la verga de quien me tenía ensartada como mariposa, entonces abrí los ojos y vi que la persona que había entrado era el otro amigo de mi marido, el Licenciado Ortega, quien veía como su amigo de parranda me tenía abierta de piernas y me metía una y otra vez su enorme vergota, se acerco hacia nosotros sacándose su miembro y dijo, -¡Convide Licenciado, no sea envidioso se ve que a la señora le gusta la verga¡-, quise protestar,-¡No por favor con lo dos no, yo no soy una puta, no sean malos conmigo por favor, con los dos no¡-,pero no me hicieron caso y el Licenciado Martínez quien me tenía su vergota adentro, me la sacó y me volteo baca abajo levantando mis nalgas para dejarme empinada en la orilla de la cama, -¿Qué me van a hacer?, ¡por favor¡ ¿ que me quieren hacer?,
aaaahhhhhhhhhhhh¡- no pude terminar ya que nuevamente el Licenciado Martínez me volvió a meter su vergota pero ahora desde atrás haciendo que yo empinará mas mis nalgas, cuando me di cuenta y abrí los ojos tenía la verga del Licenciado Ortega en mi cara quien me decía -¡Mamamela¡, mámame la verga putita, aahhhh¡-se la tuve que mamar y así ese par de malvados me dieron verga por casi media hora, cambiando de lugar varias veces hasta que terminaron en mi, mientras yo le imploraba al Licenciado Martínez.
-¡Adentro no Licenciado, no se venga a adentro por favor, me va a dejar panzona, aaahhhhhhh, no por faaaaaaaaggggghhhhh¡-, no pude terminar ya que el otro Licenciado se empezó a vaciar en mi boca obligándome a tragar su leche, estaba yo tratando de pasar el semen de él cuando sentí los chorros de leche en mi panochita , trataba inútilmente de quitarme para que no me los echara adentro pero el Licenciado Martínez me tenía bien sujeta de la cintura y pegaba su pelvis contra mis nalgas para evitar que yo me quitara, -¡Aaaaaahhhhhhh, ya, ya, tómalos, tómalos todos, ya te los eche adentro putita, ojala te cuaje un
chamaco para que tu marido sepa quien es tu nuevo picador, aaaahhhhhhhhh¡-, decía mientras terminaba de inyectarme su leche en mis entrañas, -¡Como serán, aaaahhhhhhhh,¡- apenas si podía hablar ya que tenía la boca llena de leche así como mi panochita repleta de semen el cual comenzaba a escapar de mi abierta panochita después de tan fenomenal cogida que ese par me había dado, se retiraron no sin antes decirme que el próximo sábado volverían a darme lo mío, al otro día mi marido se despertó y se fue a acostar conmigo sin saber que sus amigos me habían cogido mientras el dormía.
Al siguiente sábado volvió a pasar lo mismo, esos malvados me cogieron de nuevo cuando embriagaron a mi marido, solo que esta vez ellos lo subieron a la recamara, cerraron la puerta y me cogieron en la sala, fue igual que la vez pasada, solo que esta vez, estando en la sala el Licenciado Martínez sentenció.
-¡Mamacita, subimos a tu marido a la recamara porque te voy a romper el culo mientras Oscar te la mete en tu panochita, así que puede gritar lo que quieras¡-
-¡Pero Licenciado, me va ha matar con su vergota, tenga compasión de mí, usted tiene una vergota enorme y yo soy virgen de ahí, se lo suplico no me vaya a destrozar mi colita, no sea así, por favor, por atrás no,no¡-, suplicaba yo sabiendo que de todas manera ese día me reventarían mi virgen culito, me cogieron por todos lados hasta que el Licenciado Ortega me hizo montarme en su verga estando el acostado boca arriba y tomándome de la espalda me acostó sobre su torso haciendo que mi anito quedará expuesto para que su amigo lo perforara, -¡Deténgamela así Licenciado para que le entre la mía¡-, y así con el palo del Licenciado
ortegas metido en mi panocha, el Licenciado Martínez me empezó a meter poco a poco su vergota en mi indefenso culito, el cual se cerraba inútilmente tratando de defenderse de ese descomunal invasor, -¡Por favor, no no, no, ustedes nomás vienen a cogerme, emborrachan a mi marido y me hacen sus cosas, aahhhhhhhh¡ ¡miren como me tienen¡, ensartada por mis dos hoyitos, aaayyyyyyyy¡-, no lo podía creer, estaba ensartada por ambos orificios, en mi panochita el Licenciado Ortega me empujaba su miembro hasta adentro mientras en mi adolorido culito el Licenciado Martínez había metido casi la totalidad de su vergota en mi culo
haciendo que ambos miembro se rozaran dentro de mí provocando oleadas de placer que desencadenaban orgasmo tras orgasmos volviéndome loca y haciendo que mis lamentos se oyeran por toda la casa, este delicioso tormento duro como diez minutos hasta que ambos miembros se vinieron dentro de mí, el Licenciado Ortega arrojaba chorros de semen en mi panochita mientras el Licenciado Martínez me llenaba de esperma mi maltrecho culito que recibía el semen apretando la vergota que lo invadía como si tratara de exprimir toda su leche.
-¡Que barbaros, que cogida me han puesto, ya me volvieron puta, ya soy una puta, su puta de ustedes aaaahhhhhhh¡-decía yo tratando de recobrar la compostura y chorreando semen por mis dos hoyitos recién cogidos por ese par de malvados.
Cuando ambos se vestían los oí comentar que para la próxima vez traerían a otro mas para cogerme, que querían tenerme ensartada por mis dos hoyitos mientras el tercero me la metía en la boca, yo no dije nada porque esa idea me empezaba a gustar, si ya me había dejado coger por ellos y me habían convertido en una puta, que mas daba darle las nalgas a otro amigo mas de mi marido, sé también que en el trabajo de él ya se comenta que a su mujercita sus amigos le meten la verga cuando él se pone borracho, dicen también que a él le gusta que sus amigos se parchen a su esposa y que por eso los lleva a su casa para que a su mujer se la cojan por todos lado y a él lo hagan cornudo, cuando mis picadores traigan a un tercero les platicare, mientras tanto sigo siendo la puta de los amigos de mi marido.