El socio de mi esposo

¡Hola! Espero que se encuentren bien, a los que me leen espero y la vida los esté llenando de muchos placer y sexo. El día de hoy les voy a contar una aventura que tuve con el socio y amigo de mi esposo, quien se asoció hace como 6 años con esta persona llamada Ricardo para abrir un negocio de consolas de videojuegos, así como figuras de acción, y juguetes coleccionables, en el cual la verdad les ha ido muy bien, pero pues hay temporadas donde como todo negocio, escasean los clientes y obvio el recurso.

Su amigo Ricardo o “Richi” como le llamaba él, es chaparrito, llenito, pelo lacio, moreno, en fin. Cómo les comento pues mi esposo y él se asociaron, mientras ponían y se aclientaba el negocio en Julio del año 2019, mi esposo se iba todos los días en la tarde y fines de semana todo el día a atender y vender, ya que Ricardo se ocupaba de hacerlo en las mañanas, así que cuando llegábamos de la escuela le llevaba de comer y pues a su amigo en ocasiones también cuando no llevaba o no le llevaban, ya que Richi le hacía compañía y se encargaba de las reparaciones, mientras mi esposo de la mercadotecnia y la difusión.

Así fue como lo fui tratando y conociendo, me mandó solicitud a mi Facebook, lo acepte, alguna que otra vez me mandaba cadenas, inclusive en algunos memes me etiquetaba, la verdad es muy buena onda, hasta que le salió lo “chapulín”.

Pasaron los meses, llegó diciembre de ese mismo año, y comenzó a mandar aún mucho más mensajes por Messenger, inclusive me pidió mi número, yo sin malicia se lo di, así que pues siguió creciendo la amistad.

En vacaciones de abril del 2020 (antes de iniciar la pandemia) mi esposo iba al negocio todos los días, yo le llevaba igual de comer, ese día recuerdo que hice cóctel de mariscos y les lleve a los 2, recuerdo que se día llevaba un vestido corto blanco, unos taconcitos y llevaba a mis hijos.

Cuando regrese a la casa encontré 2 mensajes en mi WhatsApp, mi esposo diciendo que me había quedado delicioso y Richi diciéndome que el cóctel estaba tan rico como yo, la verdad me saque mucho de onda, pero le dije que gracias y pues no fue solamente ese mensaje durante la tarde me dijo que el día que quisiera me invitaba un café, que a salir, que si mi esposo me trataba mal que le dijera, en fin, trataba de hacerme plática y me decía muchas cosas de esas, hasta que subió de tono y comenzó a mandar memes de sexo, no le di importancia a él y la verdad hasta lo dejaba en visto a veces.

Pasaron los días, comenzando mayo contrataron a un chico para que atendiera el negocio, comenzaba la pandemia apenas en mi municipio con uno que otro infectado, así que mi esposo dejo de ir más que a hacer corte de caja, así que seguimos enviándonos mensajes Richi y yo, la verdad me fue atrayendo poco a poco su manera de tratarme, de preguntar cómo estaba y que me pasaba, hasta que el día 8 de mayo de ese año me invitó a salir, me dijo que del día de la madre me llevaba a un restaurante, le dije que no podía que la verdad no sabía si estaba bien y mi esposo estaba en casa, además de que no era correcto, obviamente como buena ama de casa y esposa “fiel” haciéndome del rogar.

El día 9 de mayo me mando mensaje otra vez Richi, me dijo que la invitación seguía en pie, yo estando en la escuela acepte y fue ahí donde le dije a mi esposo que fuera a celebrar a mi suegra el día martes 10, que se llevará a los niños y que yo me quedaba en casa, que ya en la tarde me llevará a comer y al cine, así fue. Ese día mi esposo salió temprano de la casa, 8:30 am más o menos, tomo el auto y se llevó a mis hijos. Cuando se fue, me comencé a arreglar, un vestido negro, zapatillas negras, abajo un conjunto de encaje negro, en fin. Salí de la casa cerca de las 9 am, había él reservado en el restaurante de un hotel llamado “Tabachines”.

Yo llegue en mi camioneta, él en su moto y pues entramos al restaurante, comenzamos a platicar del negocio, de mi relación con Luis (mi esposo), me dijo que le gustaba mucho, que ya me había dicho que él daría todo por tenerme y tratarme como reina, le dije que eso no se podía, yo todavía haciéndome del rogar, hasta que me besó, mientras almorzábamos me tomo por sorpresa y me dio un beso, yo la verdad le dije que no y que se calmara, ya que pues estaba lleno el restaurante y no quería tener problemas, me dijo que eso se solucionaba, que rentaba una habitación y que podíamos tener más privacidad, le dije que era una locura y me levanté al baño dejándolo solo en la mesa.

La verdad me levanté porque ya estaba excitada, me atraía la idea de coger con él, aunque no era muy mi tipo, sin embargo, era más que obvio que al estar ahí era porque yo quería que pasara algo más. Así que regrese a la mesa y siguió cortejándome, me prendió aún mucho más, su léxico doble sentido, sus miradas acosadoras, en fin, estaba yo tan caliente hasta que le dije que si, que aceptaba su propuesta.

Pidió la cuenta, y subimos al área del hotel, ya en el cuarto comenzamos a seguir platicando, yo la verdad me hacía del rogar, hasta que me dijo que sabía que a veces teníamos problemas mi esposo y yo, que él le contaba a veces lo que pasaba entre nosotros y que él no se enojaría nunca conmigo.

Fue entonces cuando me besó y lo bese, comenzó a besar mi cuello, mis hombros, mientras yo solamente disfrutaba sus caricias, yo, como buena esposa fiel me resistía, le dije que no era correcto, que jamás había hecho lo que estaba haciendo con alguien más que no fuera mi esposo, sin embargo, entre el rechazo que según yo le hacía y el forcejeo que él me daba me calentaba aún más.

Fue entonces cuando comenzó a desabrochar el cierre del vestido, quedé en tacones y con mi conjunto negro de encaje, mientras me besaba le fui desprendiendo de la camisa y de lo demás, hasta que lo deje sin nada, tenía una verga morena de buen tamaño, no tan gruesa pero si algo larga, besándome con pasión tome su vergota en mi mano derecha y comencé a jalársela, mientras él besaba mis hombros, mis manos.

En fin, me estaba llenando toda de besos, fue entonces cuando me sentó en la orilla de la cama, me quito los tacones y comenzó a besar mis pies, mis tobillos, subió desde las pantorrillas hasta las piernas, piernas que le abrí y subí a la cama mientras él me llenaba de besos la entrepierna sin llegar a un oral, fue cuando subió a besar mi vientre, mi estómago, mis pechos por arriba del bra, hasta llegar al cuello.

Me besó nuevamente y me recostó en la cama, era tanta su desesperación por cogerme que se colocó un condón y se subió en mi, mas tardé en abrirle las piernas que ya la tenía dentro, al principio me lastimó, me resistía un poco para hacerle saber que seguía siendo una mujer fiel, sin embargo lo disfrutaba, me estaba cogiendo tan rico que solamente me dispuse a disfrutar, mientras mis piernas las tenía en sus glúteos abrazándolo para que no se saliera, él se dedicaba a meterla y sacarla, yo gemía y gritaba pidiendo más hasta que se paró, se arrodilló y colocó mis piernas en sus hombros y sin más que decir la metió toda de nuevo.

Me la metía tan rico hasta que llegó la pregunta del millón, “quién coge más rico, Luis o yo”, obviamente no le respondí, seguí disfrutando hasta que sentí como mi vagina se contraía al sentir mi primer orgasmo, le pedí que no parara, y sin parar y metiendo todo ese enorme trozo de carne me vine la primera vez.

Al sentir mis contracciones paro, y la saco, con esa enorme verga me rozaba y pega en el clítoris, mientras yo me humedecía aún más. Fue entonces cuando lo recosté en la cama, me quite mi conjunto por completo y en cuclillas me fui sentando poco a poco en su verga hasta tenerla toda adentro, fue ahí cuando comencé a moverme, mientras él me apretaba las tetas con sus manitas pequeñas, no le cabían en la mano literalmente, y me decía que eran enormes mientras decía esto las comenzó a chupar y morder, yo solamente me limitaba a sentir eso que tenía dentro de mí.

Seguí moviéndome hasta que me puso de perrito, me pidió que me pusiera mis tacones y me colocó en 4, mientras me tenía de perrita, me nalgueó, yo le pedí que no parará y que me diera más duro, me jalaba del cabello, me nalgueaba y me decía groserías y eso me excitaba, yo solamente gemía y le decía “así papi, dale más duro, acábatela”, mientras se movía me decía que jamás se imaginó que fuera tan puta, y volvió a hacer la pregunta del millón quién coge más rico, Luis o yo?”, mientras se seguía moviendo yo le decía que no parará que ya venía otro más, y fue ahí cuando él se vino, mientras se movía y yo esperaba mi siguiente orgasmo me ganó, y se vino antes que yo.

Al ver que no pude venirme otra vez y que se vino antes que yo, saque su pene de mí y me recosté en la cama cobijándome, según yo por pudor y vergüenza, mire el celular y eran más de las 12 pm. Le dije que me tenía que retirar, insistió que me quedara, que le había gustado mucho y que me pedía, me rogaba que no me fuera, sin embargo le dije que no, que me tenía que ir ya que iba a ir a comer con “su amigo” y mis hijos.

Comencé a cambiarme, no había tiempo de un baño, me coloqué todo lo que traía puesto y me despedí de él, quién me dijo que se iba a quedar un rato más, sin mediar más palabras me agradeció y yo también, le agradeció el rato de placer. Me despedí de él, y salí hacia el estacionamiento.

Llegué a casa antes que mi esposo, me metí a bañar o más bien a enjuagar, me coloqué la misma ropa menos la interior y a los pocos minutos llego mi marido.

No me había mandado mensajes, en mucho tiempo de ningún tipo más que el día que me chocaron (accidente vial por culpa de una moto que se estampó atrás de mi camioneta), ese día si me mando mensajes, inclusive mi esposo los vio y los leyó, no decían otra cosa más que “¿cómo está doña Wen?”

Mi marido no sospechó nada, ni me dijo algo si veía algún mensaje de él, ya que no se imaginó nunca lo que pasó entre nosotros, además de que eran mensajes amables, nada sexosos, esos, me los mandaba por Messenger.

Es una anécdota corta, lo sé, pero es algo de lo que mi cronología de encuentros sexuales que he tenido a lo largo de mi vida, se preguntarán dónde quedó el sexo oral o anal de otras veces, ese día no mostré lo que podía hacer, ya que para Richi yo era toda una señora y yo obviamente no iba a mostrar mis armas sexuales, además de que era alguien muy cercano a mi esposo y no iba a entregar todo lo que tengo y lo que se hacer a una persona tan cercana a él.

Además después de ese encuentro pasó casi 1 año y medio para poder estar nuevamente juntos, durante la pandemia los únicos encuentros sexuales que tenía eran con mi esposo y uno que otro con Jorge, el doctor del cual ya les hablé, si gustan leer las demás anécdotas sabrán que llevo una secuencia de como empecé y como seguí en esta vida de infidelidad.

Leo sus comentarios y por supuesto les contesto, saludos y esperen más de mí. Aún tengo mucho que escribirles. Besos.

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