Hola, me llamo María y quiero relatarles la relación que tengo con un sobrino. Es una historia real que cambió por completo mi modo de pensar acerca del sexo. Los nombres propios los cambié por razones obvias.
Tengo 44 años, soltera, mido 1.70 de estatura, cabello negro un poco largo pero siempre lo llevo recogido, labios carnosos, uso gafas y la verdad poco atractiva de cara. Mis senos son algo más que medianos pero firmes, soy caderona y abultada de nalgas lo que hace que mi cuerpo sea interesante y que los hombres volteen a mírame con algo de lujuria, cosa que no pasa desapercibida por mí pero que me tiene sin cuidado, porque ahora lo puedo lucir y vanagloriarme de que este cuerpo ha gozado.