Mi historia comienza a mis 22 años, aunque todo se remonta a los 19, cuando inicié un noviazgo con quien hoy es mi esposa. En ese entonces, mi relación con mis suegros era normal, la típica de un yerno. Todo transcurría sin novedad hasta que mi novia quedó embarazada y tuvimos a nuestra hija. Los meses siguientes vivimos juntos, y la vida siguió su curso, tranquila, hasta que un evento lo cambió todo para siempre.
Disfrutando del sexo
Para los que no me conozcáis, me llamo Catiana y más o menos mido 1.66 peso unos 55 kg, soy morena clarita, ojos castaños, mi pecho es mediano, pero firme de pezones pequeños y rosados, no tengo mal tipo, aunque tampoco soy nada especial, mi culito es un pelín respingón y me depilo mi coño dejando solo vello en lo que sería la anchura del tanga.
En aquel momento salía con un chico Toni, 1.70 unos 70 kg, pelo corto, buen tipo, dotadito normal, muy simpático, me reía mucho con él y follaba muy bien.
Mi primera experiencia con una mujer
Hola, voy a contar mi primera experiencia lésbica con una pelirroja sabrosa a la que llamaré Sara, yo soy una mujer casada, mamá de dos pequeños, pero mi secreto oculto es que siempre he tenido deseos de tener sexo con otra mujer.
Para comenzar, debo contar que conocí a esta guapa gracias a mi marido, ya que fue su compañera de trabajo, cierto sábado por la noche, él la invitó a nuestra casa, ya que no había transporte hacia su lugar de residencia por lo cual yo accedí, no vi ninguna intención sexual, todo normal.
Sexo con la suegra
Es una historia más de esas infidelidad por necesidades sexuales insatisfechas, los actores todos del mismo núcleo familiar: Pepe, el marido, buen tipo, cuarenta y pocos, pintón, deportista, comerciante, costumbres y hábitos normales, Nora su esposa, veintitrés, bella como su madre, elegante y simpática. Mary, suegra de Pepe, cincuenta y largos, casada con Roberto, septuagenario con algunos problemitas de salud que le impiden tener relaciones maritales, al menos de la forma convencional.
Mi primer travesti
Empiezo a trabajar en una empresa de televisión por cable. Muchas veces salíamos de a dos y otras no, así fue que un día, junto a mi compañero caemos en una casa donde el cliente era un tanto especial. Ni bien entramos vimos fotos de él travestido en una comparsa, colgadas en las paredes, y hasta al lado del televisor, quien me acompañaba era anti gays y se fue derecho a calibrar el tele mientras que a mí me dejó parado cerca del cliente, donde observé su piel cuidada, su aspecto casi femenino, suave, no puedo decir que fuera lindo, pero tenía cierto atractivo, o quizás me lo generaba a mí al saber que era travesti.
Hotwife, me fui de puta sin avisar
Nos gustaba no planear las cosas, y así fue como sucedió.
Era el día de la entrega y me tocó retirar los materiales sobrantes y pensé que él no estaría presente.
De pronto recibí su mensaje en donde me decía «ábreme estoy abajo», abrí el portón, subimos al departamento y llegó un mensaje del cliente que venía retrasada, tardaba como 40 minutos en llegar.
Sonia y los hijos de su marido
Varios días después de la última conexión recibí instrucciones para conectarme de nuevo y en la pantalla apareció Sonia, llevaba un vestido muy largo y elegante y un collar colgaba de su cuello, poco después se oyó sonar la puerta, ella fue a abrir, y al poco volvió con mis cuñados, es decir hijos de su marido, Oscar y Pascual, les pidió que pasaran, ella se sentó en el sofá mientras ellos permanecían de pie, Pascual fue el primero en hablar: