Era mucho mejor de lo que me imaginé, de lo que venía fantaseando!!
Mis manos recorrían sus piernas desde los pies aún calzados con las altisimas zapatillas subiendo por sus gruesos muslos hasta sus ricas y grandes nalgas aguadas que le amasaba, apretaba y abría obsceno mientras hundía la cara en ese hueco que se le formaba entre ellas, oliendo y lamiendo, chupeteando lo mismo su arrugado y rico ano que su vulva de gruesos labios carnosos peluditos bien ricos, la tenía a gatas bien empinada sobre el borde de su cama y ella arqueaba la espalda parando más ese tremendo trasero gordo que tiene, su piel marchita ya arrugada se veía deliciosa y yo disfrutaba mucho viéndola y comiendo su culo y panocha.