Esto sucedió hace aproximadamente dos años, donde actualmente vivo arriendo una pieza en la casa que comparto con otra persona, habitualmente se hacen convivencias donde el dueño invita amigas y gente.
Esto sucedió una noche donde el dueño de la casa me pidió si podía preparar un asado para una amiga de su novia que vendría de visita, cuando ella llego me saludo de forma muy normal y yo igual, se puso a fumar cerca de la parrilla y empezamos a conocernos hablar de temas cotidianos, yo le serví una copa de vino y la compartíamos mientras yo terminaba de hacer el asado.
Marcela como la llamare en un momento de la conversación cuando ya estábamos en la mesa refirió de forma muy sorpresiva estar sola hace tiempo y que sus hormonas femeninas estaban revolucionadas y que buscaba un macho que le entregara placer, a lo que yo me reí y ella me miro de forma muy coqueta, así paso la noche hasta que se hizo tarde y ella decidió irse a costar pero dormiría en el sofá de la casa, luego que ella se fuera acostar yo me quede un momento en el patio contemplando el anochecer.
En un momento ingreso para dirigirme a mi habitación y la veo acostada de lado en el sofá y tapada con una frazada, me acerco a ella y le digo “buenas noches”, ella me responde “¡serían muy buenas noches, si me dejaras dormir en tu cama para no pasar frio!”. A lo que yo le respondí “pero yo duermo solo con slips”, ella me contestó “¡no me complica!”.
Se levantó del sofá y nos fuimos a mi habitación, le dije “¡apagaré la luz para desvestirme!” ella me dijo, “¡como quieras!”.
Luego de desvestirme me tape con la ropa de cama, al rato ella también se metió bajo la ropa de cama, pero solo con ropa interior, Marcela llevaba una pantaletas muy ajustadas y un sostén que hacían relucir sus grandes senos y firmes.
Al acostarse me dice “¡me puedes abrazar para que no me dé frio!”. Al abrazarla mi verga se puso duro al sentir su trasero de tamaño mediano pero muy trabajado, a lo que ella se percató de la situación y empezó a moverse, diciéndome “¡tienes buen pene parece! ¿Por qué no me das calorcitos?”.
Fue después de esa pregunta que me saque mi slips, quedando desnudo ella se bajó su pantaleta y se subió encima de mí jugando un buen rato con mi pene rosando sus labios vaginales sobre él, mientras desabrochaba su sostén dejando sus deliciosos pechos al descubierto, para comenzar a masajear y luego empezar a besar sus pezones que ya en ese entonces estaba duros, mientras ella afirmaba mi cabeza para que no la saca de sus senos.
Así fue como en un momento mi pene se introdujo dentro de su vagina y empezó a moverse forma desenfrenada como perra en celo, el vaivén de sus caderas era increíble, mientras yo me aferraba a sus deliciosas nalgas y no paraba de lamer sus pezones hasta que un momento descargue todo mi semen dentro de ella, sintiendo un delicioso orgasmo de su parte, quedando quietos por un segundo ambos abrazados.
Luego de este momento se bajó de encima de mí y nos limpiamos, se volvió a recostar y nos dormimos abrazados hasta el otro día, donde yo me levante temprano para ir a trabajar y dejándola en mi cama que siguiera durmiendo.
Luego de este encuentro, no volvimos hablar producto de diferentes cambios de opinión que tuvimos, pero quedando en mi recuerdo este delicioso momento de una noche.