Despues de mi segundo embarazo entre en algo asi como un trance. Me sentia muy deprimida y la unica forma en que olvidaba mi depresion era teniendo sexo, mucho sexo.
Rogelio empezo a notar que mis vestidos y faldas eran cada vez mas cortos y empezo a sospechar de mi. Me pregunto que si andaba con alguien y que si lo hacia pendejo.
Le dije que no pero no me creyo y en una de esas ocasiones me vio salir de un hotel con un ex-companero de trabajo. Me habia seguido.
Esos dias fueron un infierno. Yo le pedi el divorcio pero Roge no quiso darmelo. En vez de eso me llevo a consultar con un sicologo. Empece a acompanarlo a misa cada domingo, fuimos a terapia matrimonial, pero despues de mucho intentarloo yo sentia la calentura de siempre en medio de mis piernas.
Yo puse de mi parte pero nada funciono. Yo seguia dandome mi habilidad para escaparme sin que el lo supiera y satisfacer mis deseos.
Me gustaba lo que me hacia Pepe y despues de algun tiempo, me presento a un tio de el. El tio estaba buenisimo. Grandote, bigoton, sombrerudo el pendejo, con unas manotas grandotas y callosas. No pude resistirme y ese mismo dia me llevo a una quinta que tiene en VillaJuarez. Me metio el pitote en la boca y en la panocha. Hasta vaciarse dentro de mi dos veces. Yo perdi la cuenta de las veces que me vine, en serio. Me encanto tener a ese peladote encima de mi.
Asi paso el tiempo, cada vez que tenia ganas de pito, hiba al mercado y si Pepe no tenia chanza, me hiba con su tio.
Nunca se me quito lo cuzca, y Rogelio lo sabe pero se me hace que se hace pendejo.
He tenido en mi boca, vagina y ano muchos pitos y pitotes a lo largo de todo este tiempo.
Pero en mi siguiente relato sabran por que me censuraron en otros dos sitios.
Hasta luego chicos