La siguiente es una historia real que me sucedió cuando tenia 20 años y me encontraba en la Universidad. Paso a describirme, soy de piel normal, no muy alta, 85 cm de pecho, morocha, de culo bien formado, parado y redondo, siempre me gustó usar ropa ajustada ya que siempre practique deportes, y con una familia aparentemente normal con un hermano y mis padres. Como acotación al margen les cuento que era virgen.
La historia transcurre hace un año cuando empecé a notar que mi padre cambiaba de humor constantemente conmigo, se lo atribuía a que con mi madre se llevaba muy mal hasta que terminaron separándose, es decir mi madre dejó la casa y quedamos al cuidado de él. En muy poco tiempo el empezó a ponerse de muy mal humor en forma constante pero a la vez cada día que se quedaba a solas conmigo no perdía oportunidad de tocarme y de enviarme miradas muy insinuantes. Al mismo tiempo yo notaba que en forma casi constante el bulto de su pantalón estaba siempre grande. El colmo fue cuando notaba que mi ropa interior desaparecía del lavarropas y cuando llegaba a meterse en el baño estando yo en la ducha ya me entro el miedo.
Un día que mi hermano salió de viaje por cuestiones de trabajo un fin de semana, nos quedamos solos, terminamos de cenar y le dije que debía retirarme porque estaba muy cansada. Rato mas tarde siento que me llama a su habitación y cuando entro me dice:
– Es el momento de que tengamos una conversación, hace tiempo que te vengo espiando me tienes muy caliente, desde que me separé de tu madre no he tenido sexo con nadie, desde hace tiempo que te veo con ojos de hombre y no de padre y quiero pasar esta noche contigo.
Yo me quedé muda y solo pensé en decirle que estaba mal que esas cosas no podían pasar entre padre e hija. Para colmo en ese momento solo llevaba puesto mi camisón de satén por el que se me podían ver parte de mis tetas a los costados sin ropa interior. Trató de acorralarme y me pego contra la pared y me dijo:
– He preparado todo para que seas mía y lo serás por las buenas o por las malas.
Solo pude ponerme a llorar. Y le pregunte porque quería hacerme eso, a lo que él dijo que no me iba a dañar y que con el tiempo me terminaría gustando. En eso se acerco y me dio tremendo beso, como yo me negaba me dio un cachetazo muy fuerte, se puso como loco y me dijo que se sacara el camisón, note que ya estaba a mil y quede frente a él desnuda totalmente. Me ordeno que me acostara en la cama y comenzó a lamerme el coño, su lengua recorría desde mi clítoris hasta mi ano.
Cuando me sentía muy mojada, decidió que era el momento de penetrarme, puso su pene a la entrada de mi vagina, ante lo cual no podía dejar de llorar, fue cuando me dijo:
– Recuerda bien este momento, porque este es el momento más importante de tu vida.
Mientras me decía eso, poco a poco me fue metiendo su pene, me dio un beso, metió su lengua hasta el fondo de mi boca y empujó con fuerza, me desesperé, safé de su boca y grite.
– Aaaaayyyy… nooo, sacamela papá, me duele aayyy… por favor ya no.
En ese momento se encontraba en pleno bombeo y en pocos momentos se vino dentro de mí, pero tanta era su calentura que al instante y sin sacarla, siguió bombeando y se vino por segunda vez. Yo continuaba llorando y se acostó al lado mío.
Pasaron un par de horas y se fue al baño, pensé que todo había pasado pero volvió con un tarro de vaselina y me dijo que ese día debía ser suya por todos los agujeros. Se recostó abrió la vaselina, sacó un poco de vaselina con sus dedos e intentó ponérmelo en el ano a lo que reaccioné rápidamente, me levanté y así desnuda, salí corriendo de la casa, el fue detrás de mí y en pocos momentos me dio alcance y me dijo que debía ser totalmente de él, yo le suplicaba que si por delante me había dolido mucho, por detrás sería peor. A la fuerza me llevó de nuevo a la cama, me recostó y me untó con mucha vaselina, me puso en cuatro patas y puso su pene a la entrada de mi estrecho culo y me lo metió de un solo empujón, se vino dentro de mí como dos veces, yo lloraba y él gozaba. Una vez terminado, corrí al baño y me vino todo. No tenia control de mi esfínter.
Al día siguiente hasta antiinflamatorios tuve que tomar ya que tenia los agujeros muy maltratados. Pasó un año desde aquel día, he cambiado toda mi ropa interior donde luce más mi cuerpo.