Mi mejor amigo se llama Juan Mateos, nos conocemos desde hace mucho tiempo y hemos llegado a tener una confianza casi absoluta. Se parece mucho a mí, hasta en lo cachondo, pues ambos nos hemos “enganchado” a las páginas de sexo de Internet y comentamos entre los dos lo más interesante, nos enviamos las fotos que más nos han gustado y cosas así.
Sin embargo, Mateos es muy estricto respecto a sus posesiones… con lo que también me refiero a su preciosa mujer Mª Victoria. Ella es una delicia, un poco chapada a la antigua, pero encantadora, algo rellenita pero perfectamente proporcionada. Respecto a su mujer, mi amigo no permite la más ligera insinuación o comentario, lo que, visto le que me ha ocurrido con ella, me puede acarrear más de un problema. Claro que eso sólo si se entera, por lo que los nombres son lógicamente supuestos, ante el peligro de que pueda leer esto que escribo, porque tengo la necesidad de contarlo.