Mi nombre es Ana, tengo 37 años, casada y con 3 hijos. Mi marido (Manu) es un empresario dos años mayor que yo, somos un matrimonio feliz y nuestra vida discurría por los carriles normales de cualquier familia de clase media alta. La cosa empezó a cambiar hace más o menos 3 años cuando un par de negocios desafortunados y algunas malas inversiones nos hicieron caer estrepitosamente nuestro nivel económico. A partir de entonces lo que para nosotros había sido una vida placentera, se convirtió poco a poco en un callejón sin salida. Tuvimos que dejar nuestros beneficios burgueses de vacaciones en hoteles de lujo, club de golf, salidas a restaurantes de primera, etc. Las discusiones y el mal humor dentro del hogar, comenzó a ser la moneda corriente por aquellos días.