Conocí a mi mujer de una manera un tanto peculiar. Estaba en una fiesta de fin de año con mis amigos, cuando vimos a un grupo numeroso de tíos haciendo un corro alrededor de alguien que debía estar bailando muy bien o muy mal para atraer la atención de tanta gente. Cuando conseguimos colarnos entre el gentío para ver lo que estaba sucediendo, lo que nos encontramos nos dejó boquiabiertos.
En el centro de la pista, una adolescente bailaba de forma provocativa, mientras que un montón de adultos le gritaban cosas obscenas y la incitaban a quitarse la ropa. Era una chiquilla guapa, con un escote que dejaba intuir dos buenas tetas y un culo que lucía perfecto en su ceñido vestido, pero pero la cara delataba su escasa edad, al menos para estar allí. Intenté hacer entrar en razón a varios de esos energúmenos y lo único que conseguí fue que me dieran una paliza.