Hay una sensación que me encanta y es la de sentirme presa, lo de saber que no puedo hacer nada y que me están dominando.
Poder ser arrestada por un policía por la razón que sea, desde ser una peligrosa traficante hasta ir conduciendo mi vehículo a gran velocidad.
El policía me enseñará la placa, me pedirá que le acompañe a su vehículo y me detendrá.
Me trasladará a un lugar más seguro donde no pueda alterar el orden público y comenzará a cachearme y tendré que empezar a utilizar mis armas de seducción e insinuarme al policía. O quizás puede ser el mismo policía el que empiece a insinuarse y rozarme por detrás con su paquete y seguidamente mis partes más íntimas durante el cacheo.