Tenía publicado un anuncio en una página de contactos en el que me ofrecía como chico bisexual para parejas y hombres gustándome travestirme, una de las respuestas era ni más ni menos si quería participar con con una pareja y un amigo. Queriéndome como travestido.
Fuimos hablando y concretando algunos flecos yo sería una putita travestida las veinticuatro horas del día y sería para un fin de semana en una casita rural en la que no estaríamos más que las cuatro personas.
Iba a todos los gastos pagados y si les satisfacía al cien tendría una compensación económica como puta.